El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ha confirmado este viernes que el Ayuntamiento construirá el monumento para homenajear a los gays que "lucharon por los derechos civiles en momentos muy difíciles", pero ha dicho que se debe hallar un emplazamiento "que no genere debate".
Tras la polémica suscitada tras anunciar que el lugar para elegido para el monumento era frente a la Sagrada Familia, Hereu ha considerado "importante" que Barcelona haga este homenaje pero ha señalado que se debe "encontrar un emplazamiento que no genere debate", descartando esta primera ubicación que se hizo pública y se retiró este mismo jueves en el plazo de unas horas.
El alcalde ha hecho estas declaraciones tras despedir a los participantes de la Barcelona World Race, quienes en los próximos tres meses darán la vuelta al mundo. Hereu ha explicado que competiciones como esta son "emocionantes" porque "llevan el nombre de Barcelona por todo el mundo".
La historia del monumento se ha convertido, tal y como señala la edición de La Vanguardia de este viernes, en el último dislate del consistorio barcelonés "cuando ya parecía imposible que pudiese protagonizar uno nuevo": al mediodía se anunciaba la decisión y tan sólo tres horas más tarde se desmentía y se decía que se iba a instalar "en algún punto de la ciudad".
De hecho, la propia Vanguardia recoge la opinión del Frente de Liberación Gay de Cataluña que apuesta por colocar el monumento en el Parque de Ciudadella, en el que un transexual fue asesinado en 1991, por lo que "buscar otro lugar es estúpido".