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Un alto mando policial reprochó a Marlaska que no le recibiera

El Mundo analiza las consecuencias del escrito de Markaska contra los mandos policiales por su actuación negligente a la hora de informar sobre el chivatazo. El texto tuvo una rápida y dura respuesta de Telesforo Rubio, que echó balones fuera y se quejó de que no le quisieron recibir en el juzgado.

En su escrito, el juez Grande-Marlaska reclamó información a los comisarios de Información Telesforo Rubio y José Cabanillas por la enorme tardanza al alertarle sobre el chivatazo del bar Faisán.

La contestación vino de la mano de Rubio, entonces comisario general de información, que justificó el silencio policial acerca del chivatazo aduciendo que no está al frente de todas las contestaciones o requerimientos que hay que remitir al juez, que de eso se encargan los responsables de las unidades que investigan.

Según El Mundo, el escrito de Rubgio está datado el 23 de mayo de 2006, sólo un día después del remitido por Marlaska. Rubio afirma en él "durante los dos últimos años, que se recuerde, NUNCA ha sido el comisario general quien gestiona directamente con la autoridad judicial".

El mando policial recuerda en cuatro folios dice que era el encargado de investigar la trama de extorsión, el inspector Carlos G., quien debía coordinar ese aspecto. Algo que, a su juicio, el propio Marlaska debería saber: que este mando de la Sección de Economía de la Unidad Central de Información estaba al frente del equipo de investigación conjunto con Francia y que fue él quien estuvo en contacto con Marlaska la tarde del mismo día del chivatazo.

"Desde que se inició la investigación siempre se relacionó directamente con el titular y funcionarios de ese juzgado, salvo en determinados supuestos que lo hizo a través el correspondiente superior, comisario jefe de esa unidad (UCI), pero nunca a través del titular de la Comisaría General".

Hasta las 12:50 del día 5 de mayo, 75 horas después del chivatazo, Carlos G. no informó del mismo. Y lo hizo aportando "más bien generalidades que se encargaría de aclarar él mismo y otros funcionarios de la sección de economía y su comisario jefe, pero en ningún momento estuvo impedido de comunicar inmediatamente a ese juzgado o al de guardia, por la vía habitual que utilizaba, la grave incidencia que conocía".

Rubio asegura en su escrito que "lo normal es que el referido inspector jefe llegase a realizar dicha actividad ante la autoridad judicial correspondiente, y es previsible que lo llegara a hacer dado el profundo conocimiento que tenía de toda la investigación". Es también normal que el mismo Carlos G. sea quien traslade "de forma inmediata a la autoridad judicial" lo relacionado con su actividad investigadora.

"En ese sentido sirva como ejemplo la tarde del día 4, en la propia sede judicial, fue cuando se planteó a su señoría determinada problemática que se estaba produciéndose para la materialización de las detenciones de los objetivos de la investigación".

Sobre el escrito del 15 de mayo del comisario accidental de la UCI (Cabanillas), que no llegó a Marlaska hasta el día 22, Rubio dice que ha tratado "en diferentes ocasiones a lo largo de la semana pasada ponerlo personalmente en conocimiento de su señoría, efectuando repetidas llamadas telefónicas para realizar el contacto, tanto a través d ela propia secretaría de la Comisaría con el juzgado, como por medio del inspector jefe de enlace de esta Comisaría con esa Audiencia".

Después de varios intentos, la comunicación se produciría el 22 de mayo, "pero al no tener noticias de que se pudiera llevar a efecto" dicho encuentro personal, "se remitió en mano a ese juzgado para evitar cualquier posible delación".

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