El gurú de los proetarras va conduciendo y dice a los periodistas de Cronica que apenas tiene tiempo para atenderlos, porque "tiene mucho trabajo". Con unos honorarios de 350 dólares la hora, y el "precio de amigo" que hace a los batasunos (600 euros al día, según Crónica), no es de extrañar.
Currin pertenece a la "industria de la negociación"; que es como Ronnie Kasrils, ex ministro de Inteligencia sudafricano, bautizó al pelotón de expertos que han transformado la mediación en un jugoso negocio. Currin ha conseguido así ascender trabajando en conflictos como Kosovo, Gaza, Malawi, Sri Lanka, Irlanda del Norte...
Currin prepara ahora mismo sus réplicas a los comunicados de ETA, que le han señalado como posible interlocutor, dice Crónica. Está satisfecho por como se desarrollan los acontecimientos. Aún así, dice que "este trabajo se paga fatal. Cobro el 30% de lo que gano en otros trabajos, Además, hago muchas gestiones grateis, como hablar con usted. Y tengo que cubrir los gastos de mantenimiento de mi despacho".
Dice que "no entiende" a aquellos que le acusan de lucrarse a costa del conflicto vasco. "Quizá quienes me critican prefieren que continúe el conflicto, que muera más gente". Y remata que si alguien demuestra que está a sueldo de los proetarras, "me comprometo a irme del País Vasco y no volver jamás".
A Currin le paga la Joseph Rowntree Charitable Trust, una fundación inglesa que ha recibido tres subvenciones 30.000 libras en marzo de 2007, otras 50.000 en noviembre de ese mismo año, y 30.000 en julio de 2009. Algunos dicen que la estrategia Batasuna se teje desde estos despachos.
Y tal y como recuerda Crónica, no sale gratis. Currin ha enarbolado el ideario proetarra pero como no habla vasco ni castellano, su contacto depende de todos aquellos que le gestionan la información, casi todos pertenecientes al entorno de la banda terrorista. "él asume por completo los planteamientos nacionalistas", dice Eduardo Uriarte, de la Fundación para la Libertad.
"Cuando me reuní con él, quedó claro que desconocía la realidad vasca. Estaba convencido de que el porcentaje de voto de Batasuna era mucho mayor del real. Y que a los españolazos no les votaba nadie", dice.
Currin, que se forjó en la Sudáfrica del apartheid, tiene una visión sesgada e influida por la realidad de su país, que luego aplica al conflicto vasco. "En los 80, a Mandela también se le consideraba un terrorista", se justifica. "En todo conflicto hay dos bandos. Lo que para unos es una organización terrorista, para otros es un movimiento de liberación. Depende del bando en el que estés. Yo no estoy en ninguno".
Currin comenzó a obtener beneficios del conflicto vasco en 2005. Con la negociación de Zapatero, los proetarras buscaban un experto en liberación de presos y el Sinn Feinn les recomendó a Currin, con el que habían trabajado revisando condenas del Ulster. Tras explotar la T4, Currin fue uno de los pocos que apostó por seguir negociando y mantener los canales de comunicación abiertos en el proceso. Así surgió la Declaración de Bruselas del pasado marzo.
Los colectivos de víctimas han fijado en Currin su atención. Lo consideran, según Crónica, el villano del momento. "No deben participar agentes externos" que hacen que el "victimario aparezca en la balanza de forma equidistante de la víctima", denuncia Maite Pagazaurtundúa.
Pero Currin sigue a lo suyo, y ya ha anunciado la creación de Grupo de Contacto Internacional de cinco personas. Dice que el hecho de que el Gobierno haya renunciado a sus servicios es mera "retórica política" y que "no piensan lo que dicen. Y si lo pienan, espero que cambien de opinión".