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Economía quiere subir el IRPF al 50% y el impuesto sobre el ahorro al 25%

Tras la oleada de aumentos fiscales en las CCAA del PSOE, llega el turno a nivel nacional. Los más castigados serán las rentas altas -más IRPF y nueva tasa sobre el Patrimonio-, y sobre todo, los ahorradores, cuyas plusvalías podrían gravarse al 24 ó 25%. El PSOE también baraja un impuesto sobre la banca.

El aumento de la presión tributaria en las regiones gobernadas por el PSOE amenaza con ser tan sólo un anticipo de lo que podría suceder a nivel nacional. El Gobierno estudia una nueva subida de impuestos, tras el aumento histórico aprobado el pasado año.

El objetivo es recaudar más para tratar de reducir la brecha fiscal, tal y como exige Bruselas, descartando así la posibilidad de que el necesario ajuste presupuestario se lleve a cabo, única y exclusivamente, por el lado del gasto público.

La nueva oleada fiscal se centrará en las rentas altas, el patrimonio, el ahorro y el sistema financiero. Las dos primeras medidas tributarias ya han sido anunciadas oficialmente por el Ejecutivo, mientras que las dos últimas han sido propuestas por los asesores de Moncloa, agrupados en la Fundación Ideas que preside el ex ministro de Trabajo Jesús Caldera.

En un reciente informe en el que ha participado el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz -asesor económico de Zapatero-, el principal foro de debate ideológico del PSOE lanza tres posibles medidas “no excluyentes entre sí en materia fiscal para reducir el agujero presupuestario:

1. Impuesto sobre las plusvalías a corto plazo, que podría implantarse a través de la tributación directa existente sobre personas físicas y jurídicas.
2. Impuesto sobre los bancos, calculado sobre los beneficios anuales o sobre los activos totales de los bancos y demás entidades financieras.
3. Impuesto sobre todo tipo de transacciones financieras, que "idealmente debería implantarse a escala internacional".

Según los cálculos de la entidad, la aplicación conjunta de estas tres nuevas figuras podría incrementar la recaudación de impuestos hasta un total de 13.400 millones de euros al año.

Ahorro

Tras la subida aprobada en 2009 -próxima a los 15.000 millones-, el impuesto sobre el ahorro subió del 18% al 21% para las plusvalías superiores a los 6.000 euros anuales -del 19% si es inferior a esta cifra-. Los asesores de Moncloa recomiendan subir el tipo impositivo de las plusvalías hasta el 25%, que es el que se aplica en Alemania, tanto a particulares como a empresas, pese a que éstas últimas ya tributan por estos ingresos en el Impuesto de Sociedades.

Nuevo impuesto a la banca

Aquí el debate internacional está abierto y admite diversas posibilidades, tales como gravar a las entidades en función de su volumen total de activos o el margen de beneficios. Sin embargo, el gran think tank del PSOE se decanta por gravar con una nueva figura todos los activos de las entidades bancarias. Esto permitiría recaudar entre “2.800 y 5.120 millones de euros al año, en función del tipo impositivo aplicado”.

De hecho, concreta: “En 15 años (un período que podría considerarse como una referencia entre dos grandes crisis financieras consecutivas), una tasa del 0,15% permitiría recaudar 63.000 millones de euros”.

En este sentido, el documento rechaza gravar los depósitos, tal y como acaba de aprobar la Junta de Andalucía, porque “tendría un efecto disuasorio sobre el ahorro (o, al menos, sobre el hecho de mantenerlo en depósitos bancarios), lo cual repercutiría en el capital” de la entidad. Aunque el Gobierno no descarta esta posibilidad: Zapatero tildó de "interesante" esta medida hace apenas dos meses,mientras que el secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, aseguró este miemo viermes que el Gobierno "está plenamente de acuerdo" con el nuevo impuesto sobre los depósitos de las 70 entidades de crédito de Andalucía y comparte el fondo de esta medida "al margen de la cuestión competencial", que a su entender "es un tema menor".

En este campo, el informe recomienda: gravar con más impuestos a los bancos más grandes; a los que están muy apalancados; a “los bancos que remuneran a sus ejecutivos mediante incentivos a la toma de riesgos excesivos, comportamientos cortoplacistas y diversas fórmulas de ingeniería contable”; y a las entidades que “hubieran recibido ayudas públicas y aún siguieran emitiendo productos derivados de alto riesgo (como los Credit Default Swaps, CDS).

Pero, sobre todo, destaca que “los nuevos impuestos deberían poder aplicarse a todo el sistema bancario”, incluyendo los bancos opacos (shadow banks), el mercado de CDS, así como compañías de seguros y fondos de inversión (hedge funds).

Este grupo recomienda al Gobierno que el nuevo impuesto sirva para completar los mecanismos de rescate bancarios ya vigentes: “El establecimiento en España de una tasa bancaria del tipo de la que se propone duplicaría el propósito de la contribución inicial del FGD [Fondo de Garantía de Depósitos] al FROB [Fondo de Rescate Bancario]”.

Transacciones financieras

A ello se sumaría, además, “un tipo de impuesto más general”, un “impuesto sobre transacciones financieras cada vez que se realizase una transacción sobre un instrumento financiero entre dos partes”, es decir, las habituales ente entidades, tanto a nivel nacional como internacional, y que se aplicaría a operaciones sobre acciones, obligaciones, divisas, créditos y otro tipo de activos. “La elección de qué transacciones someter a tributación dependerá tanto de las características de las operaciones como de los objetivos que persigue la tributación”.

En concreto, los asesores del PSOE proponen gravar con una tasa del “0,05%” las transacciones financieras. Esto permitiría “recaudar una cantidad considerable de ingresos, tanto a escala mundial como en Europa y en España”. El tipo del impuesto “se aplicaría a cada operación y se repartiría a partes iguales entre el comprador y el vendedor”.

Sin embargo, una medida de estas característica debería ser acordada, como mínimo, a nivel comunitario para evitar el “riesgo de reubicación [fuga] de capitales”. Precisamente, Bruselas y el G-20 (que agrupa a las grandes potencias) llevan meses discutiendo este tipo de impuesto.

IRPF

El Gobierno baraja, igualmente, subir el IRPF a las rentas altas en 2011. En concreto, según informa este viernes elEconomista, la subida afectaría a las rentas superiores a los 200.000 euros anuales que, en la actualidad tributan a un tipo del 43%. Economía baraja elevar el tipo máximo hasta el 50%.

Patrimonio

Por último, el Gobierno aún tiene encima de la mesa un plan para restaurar el Impuesto de Patrimonio a partir de un determinado nivel, tal y como anunció hace escasas semanas.

En definitiva, toda una nueva batería de aumentos fiscales, especialmente gravosos para el capital: rentas altas, ahorro, patrimonio y crédito (sistema financiero). Y ello, en un contexto de endeudamiento récord en el que la economía nacional precisa incrementar de forma sustancial el ahorro para poder hacer frente a sus pagos.

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