Como contaba Carlos Pérez Gimeno en Libertad Digital, la familia de Luis García Cereceda dista mucho de catalogarse de "discreta" o "equilibrada". Las dos hijas de su primer matrimonio, Yolanda y Susana, están enzarzadas en una rocambolesca historia de odio fraternal, en el que no faltan ni las denuncias ante la policía ni los altercados en público.
Susana, llegó a pedir la custodia de los hijos de su hermana Yolanda, por considerar que no estaba capacitada para encargarse de su educación. El último episodio se produjo en el esparcimiento de cenizas, cuando Yolanda leyó una carta envenenada, trufada de acusaciones a su hermana, a la mujer de su padre, y a todo el que pasara por allí. Al show dantesco se le unió el hecho de que acudió de la mano de su novio, Jaime Ostos Junior, hijo del torero. ¿Y qué hay de malo? Que el día anterior había aparecido en un programa de televisión anunciando a bombo y platillo su homosexualidad.
Con estos precedentes, ni siquiera un acto tan solemne como la publicación de unas esquelas, podía solventarse de manera pacífica en esta familia.
Este mismo jueves, ABC, El País y El Mundo publicaban varias de ellas, correspondientes al fallecimiento de Luis García Cereceda, que retrataban la tragicómica situación de la familia, que rezuma mal rollo.
El premio a la más sorprendente se lo lleva la escrita por su hija Yolanda, ya desde el encabezamiento:
Publicada en El País
"Mi queridísimo emperador, creador de máxima belleza" llama a su padre fallecido. Y luego, vienen las curvas: "Su única verdadera emperatriz, Mercedes; su únicas herederas y reinas independientes por igual Susana y Yo; con sus propios reyes de corazón, Julián y Jaime, y sus príncipes mágicos, Luis, Al, FJ y Anya, ruegan una oración por su alma. El inmenso cielo…para los fieles arrepentidos". "Rey de corazón" es Jaime Ostos Junior, el novio gay de la hija más problemática, recuerden.
Las otras, más discretas, corresponden a su segunda mujer, Silvia Gómez. Aunque el lío continúa: en la misiva funeraria aparecen las dos hijas, el marido de Susana, y varios nietos, distintos a los citados por Yolanda. Un auténtico embrollo.
Publicada en El Mundo (Pulse para ampliar)
Y, para tomar un respiro, las últimas esquelas son de sus trabajadores del Yate y de Procisa, mucho más relajadas y sobrias
Publicada en ABC (Pulse para ampliar)