Benedicto XVI así lo afirmó en el discurso que dirigió a una veintena de representantes del Consejo Ecuménico de la República Checa, con los que se reunió en el Palacio Arzobispal de Praga y a los que dijo que el cristianismo "no es una ideología" y tiene todavía mucho que ofrecer en el plano práctico y moral al viejo continente.
"Cuando Europa escucha la historia del cristianismo, escucha su propia historia. Sus nociones de justicia, libertad y responsabilidad social, junto a las instituciones culturales y jurídicas establecidas para defender esas ideas y transmitirlas a las generaciones futuras están plasmadas en su herencia cristiana", afirmó el Papa.
El Obispo de Roma, sin embargo, denunció que están emergiendo, bajo "nuevas formas", "tesis" para marginar el influjo del cristianismo en la vida pública, "con el pretexto de que sus enseñanzas son dañinas para el bienestar social".
Ante esa situación afirmó que los cristianos están obligados a mantenerse unidos a la hora de recordar a Europa cuáles son sus raíces. "No porque esas raíces estén secas, más al contrario, sino porque proveen al Continente del apoyo moral y espiritual que le permite establecer un diálogo significativo con personas de otras culturas y religiones".
Y añadió que debido al hecho de que el Evangelio "no es una ideología", no pretende bloquear dentro de esquemas rígidos la realidad sociopolítica, "sino que trasciende los problemas de este mundo y arroja nueva luz sobre la dignidad del ser humano de todas las épocas".
El Papa pidió a las otras religiones compartir la verdad salvadora que ha permitido el progreso social y cultural de Europa.
Benedicto XVI también se refirió a la figura de Jan Hus, el teólogo reformador de Bohemia quemado en la hoguera en 1415 y recordó el convenio celebrado en 1999 sobre esa figura del pensamiento bohemio durante el papado de Juan Pablo II, quien en aquella ocasión expresó su "pesar" por la muerte de Hus e hizo una autocrítica de los errores cometidos por la Iglesia en el pasado.
Hoy, Benedicto XVI abogó para que iniciativas de ese tipo den fruto, no sólo en el camino de la unidad de los cristianos, sino también para el bien de toda Europa.
Actualmente, el movimiento reformador que creó, los "Husitas", sigue presente en la República Checa, y su actual presidente, Vaclac Klaus, forma parte del mismo.
El sábado, a su llegada a la Iglesia de Santa María de la Victoria para venerar la famosa imagen del Niño Jesús de Praga, fue recibido con una pancarta escrita en latín y checo que decía: "Benedicto XVI, rehabilita a Jan Hus".

El Papa denuncia "nuevas formas de marginar el cristianismo"
El Papa ha denunciado que en Europa se está marginando la influencia del cristianismo de la vida pública diciendo que es dañino, "cuando, por el contrario, da al Continente el apoyo espiritual que le permite dialogar con otras culturas y religiones".
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