Según publica El Economista, los 8.000 millones de euros -superávit de la entidad en 2008, que no se ingresó al Fondo de Reserva de las pensiones para que el sistema gozara de mayor solvencia este año- destinados para otorgar aplazamientos de las cuotas a las empresas en dificultades están casi agotados.
A finales de junio, se habían gastado ya 7.000 millones de euros, y a día de hoy la cifra será mucho mayor (la Seguridad Social no responde a las peticiones para otorgar los datos actualizados), o con suerte puede quedar dinero para atender peticiones durante algunas semanas más.
Entonces, ¿qué pasará cuando se agote este fondo? El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, lo tiene claro: "Se cerrará el grifo", como expresó hace unos días a elEconomista. La conclusión es que los empresarios que quieran posponer sus pagos a la entidad por la asfixia de la crisis se verán obligados, simplemente, a dejar de pagar.
Pero la demora de las cuotas sociales carga con unos intereses mayores. Mientras que con un aplazamiento a la Seguridad Social se paga un 4% más de la deuda por recargo (interés legal del dinero) y pueden posponerlo hasta cinco años, la demora de los pagos alcanza el 11% de interés (el interés de demora se conforma del interés de dinero más un 7% establecido para el ejercicio de 2009).