Por esta razón es bueno saber que si estamos tomando algún medicamento, debemos conocer sus posibles efectos en nuestra capacidad de conducción. No obstante, la relación medicamentos-conducción no es siempre negativa, ya que el fármaco en cuestión puede controlar la patología y mejorar la aptitud ante la conducción.
La labor informativa del farmacéutico es de gran relevancia, ya que promueve el uso racional de los medicamentos y puede prevenir accidentes de tráfico.
Algunas consejos generales desde la Farmacia son:
- Leer el prospecto del medicamento que se esté utilizando y consultar al farmacéutico para conocer su grado de influencia al volante.
- Evitar conducir al inicio de un tratamiento que potencialmente pueda disminuir reflejos o capacidad visual.
- No consumir alcohol.
- Cada caso debe ser valorado individualmente, porque un mismo medicamento podría no afectar a una persona y sí hacerlo de forma significativa a otra.