L D (EFE) Un resultado demasiado apretado que no refleja la superioridad del XV del Trébol sobre el césped de Croke Park, donde jugó su último partido, ya que los verdes regresan el próximo año a su renovado estadio de Lansdowne Road . Y nada mejor que regresar al refugio espiritual del rugby irlandés que con el Seis Naciones bajo el brazo, algo que no logra desde hace 24 años.
En su camino quedan Escocia, que derrotó a Italia, y Gales, que recibirá a Irlanda en Cardiff en la última jornada de campeonato, ya sin opciones de ganar el 'Grand Slam' por segundo año consecutivo después de su derrota este viernes frente a Francia.
Irlanda comenzó su partido tratando de inyectar velocidad a las salidas de los saques de banda y melees con la movilidad de los hombres de la segunda línea, que se topaban, no obstante, con la potencia y peso de la delantera inglesa. Inglaterra, por su parte, se encontraba con la misma resistencia del "pack" verde cuando, en contadas ocasiones, conseguía trasladar la presión al campo contrario con jugadas a balón parado.
El XV del Trébol estuvo cerca de traspasar la línea de ensayo visitante en un par de jugadas, cuando decidió cambiar de estrategia y buscó las espaldas de la muralla inglesa con patadas el hueco. Pero en un partido dominado por el músculo de las defensas, nadie sumaba puntos, ni siquiera el cañonero O'Gara , quien, por primera vez en mucho tiempo, fallaba consecutivamente dos golpes de castigos relativamente sencillos para un medio apertura que se acerca a los números del inglés Johnny Wilkinson.
No erró el diez local a la tercera oportunidad que le llegó a la media hora de juego, de un penalti nacido de una penetración del capitán O'Driscoll que cazó a la defensa visitante en fuera de juego. Tampoco lo hizo Flood en la primera oportunidad que tuvo de patear entre palos al filo del descanso, lo que mandó a los dos equipos al vestuario empatados a tres puntos.
En la reanudación, O'Driscoll enmendó un nuevo error de O'Gara en la transformación de un penalti al conseguir un drop que, si bien dio la delantera a Irlanda, rompió la ley de la ventaja de la que disfrutaban los verdes por una infracción que merecía una expulsión. Durante un ataque en fases de Irlanda al borde de la línea de gol, el árbitro se vio obligado a poner fin a la dureza y agresividad de los ingleses, a los que advirtió de que no iba a consentir más de tres infracciones seguidas.
A la tercera, el sudafricano Joubert expulsó a Vickery e Irlanda aprovechó la superioridad numérica y su tenacidad para anotar un muy trabajado ensayo por medio de O'Driscoll. Aparentemente, el partido estaba visto para sentencia. Pero con un hombre menos y ocho puntos por detrás, el XV de la Rosa sacó fuerzas de donde ya no quedaban y con un ensayo de Armitage a falta de un minuto para el final metió el miedo a Croke Park.
No dio tiempo para más. Una carga final visitante fue parada en seco por un gran placaje de Kearney y el colegido decretó la conclusión para a alivio de los más de 80.000 irlandeses que salieron del estado dublinés soñando con el Grand Slam.
En su camino quedan Escocia, que derrotó a Italia, y Gales, que recibirá a Irlanda en Cardiff en la última jornada de campeonato, ya sin opciones de ganar el 'Grand Slam' por segundo año consecutivo después de su derrota este viernes frente a Francia.
Irlanda comenzó su partido tratando de inyectar velocidad a las salidas de los saques de banda y melees con la movilidad de los hombres de la segunda línea, que se topaban, no obstante, con la potencia y peso de la delantera inglesa. Inglaterra, por su parte, se encontraba con la misma resistencia del "pack" verde cuando, en contadas ocasiones, conseguía trasladar la presión al campo contrario con jugadas a balón parado.
El XV del Trébol estuvo cerca de traspasar la línea de ensayo visitante en un par de jugadas, cuando decidió cambiar de estrategia y buscó las espaldas de la muralla inglesa con patadas el hueco. Pero en un partido dominado por el músculo de las defensas, nadie sumaba puntos, ni siquiera el cañonero O'Gara , quien, por primera vez en mucho tiempo, fallaba consecutivamente dos golpes de castigos relativamente sencillos para un medio apertura que se acerca a los números del inglés Johnny Wilkinson.
No erró el diez local a la tercera oportunidad que le llegó a la media hora de juego, de un penalti nacido de una penetración del capitán O'Driscoll que cazó a la defensa visitante en fuera de juego. Tampoco lo hizo Flood en la primera oportunidad que tuvo de patear entre palos al filo del descanso, lo que mandó a los dos equipos al vestuario empatados a tres puntos.
En la reanudación, O'Driscoll enmendó un nuevo error de O'Gara en la transformación de un penalti al conseguir un drop que, si bien dio la delantera a Irlanda, rompió la ley de la ventaja de la que disfrutaban los verdes por una infracción que merecía una expulsión. Durante un ataque en fases de Irlanda al borde de la línea de gol, el árbitro se vio obligado a poner fin a la dureza y agresividad de los ingleses, a los que advirtió de que no iba a consentir más de tres infracciones seguidas.
A la tercera, el sudafricano Joubert expulsó a Vickery e Irlanda aprovechó la superioridad numérica y su tenacidad para anotar un muy trabajado ensayo por medio de O'Driscoll. Aparentemente, el partido estaba visto para sentencia. Pero con un hombre menos y ocho puntos por detrás, el XV de la Rosa sacó fuerzas de donde ya no quedaban y con un ensayo de Armitage a falta de un minuto para el final metió el miedo a Croke Park.
No dio tiempo para más. Una carga final visitante fue parada en seco por un gran placaje de Kearney y el colegido decretó la conclusión para a alivio de los más de 80.000 irlandeses que salieron del estado dublinés soñando con el Grand Slam.