Los recientes indultos no son identificados sólo con Pedro Sánchez y las cúpulas del PSOE y del gobierno. La atribución de la medida se extiende poco a poco a todo el PSOE, tanto a nivel autonómico como a nivel municipal. Ello indica que su repercusión puede ser electoralmente fuerte, sobre todo en una etapa de transición en el PSOE andaluz en el que Susana Díaz todavía no se ha ido y Juan Espadas no termina de llegar del todo.
Que Ciudadanos es un partido en descomposición no lo duda nadie, tras comprobar su derrumbamiento en su Cataluña original y recientemente en Madrid y Murcia. La crisis que se sufre en Granada, a causa del incumplimiento del pacto municipal de 2019 que obligaba a compartir la alcaldía con el PP, 2 años cada uno, ha saltado las fronteras regionales y ha llegado al ámbito nacional por el empecinamiento de su alcalde actual, el ciudadano Luis Salvador, en permanecer en el cargo.
Tan hondo está siendo el desgaste que, de los 4 concejales que obtuvo en 2019, 3 menos que el PP (7), sólo le quedan dos, que dimitieron reconociendo que el pacto 2 + 2 existió y que quien incumplía era Ciudadanos, y, de camino, Juan Marín e Inés Arrimadas que aún no han forzado a Salvador a dar el paso que se espera propiciando que el PSOE maniobre con una moción de censura que sólo podría ganar con tránsfugas de acá o acullá, PP ó Cs.
Pero tras los indultos se ha vivido la segunda crisis municipal de calado que ha reventado en Jaén capital. 3 de los 4 concejales que Ciudadanos obtuvo en las elecciones municipales de hace dos años, han dejado de prestar su apoyo al PSOE en el gobierno, con lo cual la alcaldía del socialista Julio Millán a merced de una única concejala de Ciudadanos y los 2 de Adelante Andalucía (Podemos).
Curioso es en este caso, como en otros, la postura de Juan Marín que ha afeado a sus concejales que su indignación por los indultos los haya llevado a dejar el gobierno municipal jiennense. Tampoco Inés Arrimada parece compartir la decisión mostrando una extraña división conceptual entre el PSOE a nivel local o regional, y el PSOE a nivel nacional, como si Pedro Sánchez no existiera más que en el plano nacional de la realidad política.
Juan Marín, dando la nota de insensibilidad hacia el problema moral planteado a muchos de sus votantes, decía que "si porque el señor Sánchez apruebe unos indultos nos tenemos que salir de todos los gobiernos donde hay acuerdo con el PSOE, tanto desde Ciudadanos como desde cualquier otra fuerza política, pues evidentemente no habría gobernabilidad en este país». Tampoco muestra sensibilidad alguna hacia el incumplimiento del acuerdo granadino.
Inestabilidad en el Ayuntamiento de Sevilla
Ya hoy en la prensa andaluza se hace referencia a la situación de Sevilla, ciudad que gobierna Juan Espadas, que aún sigue siendo su alcalde y que tiene postergada la responsabilidad municipal mientras echa toda la carne en el asador para echar definitivamente a Susana Diaz de la vida política del PSOE andaluz, con el apoyo de Ciudadanos.
La Razón indica que la crisis sevillana "podría precipitarse en breve", porque Juan Espadas tiene que dejar el cargo porque deberá presentarse como cabeza de lista por Sevilla a las elecciones andaluzas, que nadie sabe cuando serán, porque hay inquietantes variables de por medio, aunque el PP y Cs sostienen que serán en noviembre de 2022. Lo cierto es que Espadas deberá de dejar de ser alcalde de Sevilla para ser el candidato socialista a la presidencia de la Junta.
Hay que recordar ahora que con el boato de la visita especial de Inés Arrimadas al Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas llegó a un acuerdo de gobernabilidad con Ciudadanos. Pero desde entonces han sucedido dos cosas muy graves: la concesión de los indultos, muy mal vista por la ciudadanos andaluza y sevillana, y la ausencia municipal de un alcalde que se dedica a otros menesteres.
En este caso, Ciudadanos ni siquiera tendría que hacer referencia moral al tema de los indultos, sino subrayar el absentismo de Juan Espadas de sus responsabilidades municipales. El lunes que viene se reunirán Espadas y Álvaro Pimentel, cabeza visible de Ciudadanos en el Ayuntamiento hispalense y se sabrá el camino elegido.
Hoy, como es sabido, se reúnen Espadas y Juan Manuel Moreno pero el buen rollito de Espadas, entre comuniones arzobispales y glorietas dedicadas a empresarios, parece haber llegado al final. Desde la alcaldía, se ha fulminado la cesión de dos cuadros de Juan Valdés Leal para una muestra de la Junta en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Las espadas, como es sabido, tienen doble filo.
Para Ciudadanos, el caso Espadas no es cualquier cosa porque se trata ya del líder del socialismo andaluz y alguien que podría presidir la Junta de Andalucía, algo que se ve con buenos ojos por el sector "progresista" de Ciudadanos que sabe que sus votos pueden ser decisivos si la aritmética les beneficia.
El panorama cuantitativo del gobierno municipal tiene como resultado que los 13 concejales del PSOE más los 4 de Adelante Andalucía (internamente dividido con expulsiones de por medio), permiten gobernar a Juan Espadas, pero asimismo los 4 de Ciudadanos le han permitido hacerlo alejándose de la imagen extremista de Podemos y Teresa Rodríguez.
Pero entre PP, Ciudadanos y Vox tienen 16 concejales, uno menos de los necesarios para la mayoría. Una moción conjunta proponiendo la condena de los indultos pondría a Espadas en una incómoda situación que terminaría en la cuerda floja dada la crisis sevillana del comunismo (tiene 4 concejales de Adelante Andalucía, 2 de Podemos y 2 de IU, pero Podemos acaba de expulsar a una de ellos por ser afín a Teresa Rodríguez).