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Andalucía

Andalucía: nuevos brotes, botellones, Boris Johnson y Simón

La Junta de Andalucía ha pedido al Reino Unido que no siga adelante con la cuarentena impuesta a los viajeros que procedan de España.

La Junta de Andalucía ha pedido al Reino Unido que no siga adelante con la cuarentena impuesta a los viajeros que procedan de España.
Boris Johnson | EFE

Andalucía está en el filo de una navaja muy afilada desde el que se ve la horrenda perspectiva de una tasa de paro alrededor del 30% y tal vez subiendo con un bajón del PIB que la Junta quiere situar alrededor del 7% pero que otros estudios del Observatorio Económico de Andalucía pronosticaban que podría puede llegar al 15% el pasado mes de mayo.

Esta negra percepción tenía lugar antes de los rebrotes, de Boris Johnson y de las declaraciones del cada vez más crecido e incomprensible Fernando Simón, portavoz del Ministerio de Sanidad contra la pandemia de enfermedad por coronavirus en España en 2020 que, como saben, agradeció ayer a Reino Unido y Bélgica que sus turistas no vengan a España porque así nos quitan un problema.

Ayer se conocía que los brotes activos de coronavirus en Andalucía ascienden a 35. El último se ha detectado en la localidad de Gerena, cercana a la Sierra Norte de Sevilla, donde fueron localizados cuatro casos tras un evento familiar. Otro brote inesperado fue el localizado en la Costa del Sol, con otros cuatro casos. De todos ellos, hay 28 en proceso de investigación y siete situados en las provincias de Granada, Almería, Málaga, Córdoba y Sevilla están siendo controlados.

Sólo se ha superado el sufrido en la comarca de Guadalhorce en Málaga. En total había ayer 625 casos de contagio confirmados, diez más que el pasado domingo.

La Junta de Andalucía, con escasa ayuda de la oposición —PSOE, Podemos y Adelante Andalucía no están por la labor de criticar al gobierno Sánchez ni de arrimar el hombro para impedir el hundimiento de la economía y el empleo andaluz—, trata de combatir contra todos los elementos, pero es evidente que no lo conseguirá si el gobierno social-comunista no apoya la mejora de sus condiciones en los mercados turísticos.

Dentro de sus límites geográficos, lo más notorio de este comienzo de semana ha sido la proscripción de los botellones y eventos similares como algo nocivo y perjudicial para la salud de los andaluces, algo que probablemente se extienda a toda España. En definitiva, se acabó el consumo grupal de alcohol en las calles sin excepciones. El acuerdo con la medida de la Junta por parte de los ocho alcaldes de las capitales andaluzas no deja lugar a dudas. Los alcaldes de la izquierda no se han opuesto esta vez.

En realidad, los botellones ya estaban prohibidos desde 2006 pero con excepciones, un coladero por donde ahora se puede colar el coronavirus. Además, se trata de limitar asimismo lo que se conoce como ocio nocturno con el cierre de las discotecas a las 5 de la mañana, el control intenso de sus aforos, la disposición de las mesas y demás.

Por otra parte, se pone en marcha lo que se ha bautizado como "zafarrancho hospitalario" para aligerar las listas de espera, sobre todo las quirúrgicas, que se han resentido de la prioridad forzosa del coronavirus. Hasta 130 millones de euros se destinarán al impulso de los quirófanos y a las pruebas diagnósticas. El objetivo, según la consejería de Salud y Familia, es empezar este mismo mes de julio a realizar operaciones y diagnósticos a gran escala en los 50 hospitales públicos andaluces.

En cifras, se estima que con ese dinero podrán realizarse casi 40.000 operaciones quirúrgicas de diverso tipo, desde generales a oftalmológicas, y 150.000 pruebas entre resonancias magnéticas, Tacs, endoscopias y radiografías.

Salidas de tono de Johnson y excesos verbales de Simón

Hasta el presidente Pedro Sánchez tuvo que precisar este lunes que Simón es un epidemiólogo no un experto en economía ni en turismo. Venía tal capote a cuenta de las declaraciones del portavoz del gobierno en cuanto a coronavirus que lanzaron el mensaje de que Reino Unido y Bélgica, que desaconsejaban el turismo a España, nos estaban haciendo un favor quitándonos de encima un problema.

En el momento en que toda España, y muy especialmente Andalucía, ven peligrar la presencia de los millones de turistas europeos, Simón no pareció caer en la cuenta de que sus palabras implicaban la mayor de las ruinas para toda España y, desde luego, en Andalucía donde el turismo británico representa casi el 25 por ciento del total de los visitantes extranjeros.

Tampoco, según la Junta, lo tuvo en cuenta Pedro Sánchez cuando dejó fuera a Andalucía de las zonas que debían quedar fuera de esa cuarentena según el gobierno español, que sólo mencionó las Islas Baleares y las Islas Canarias. No sirvió de nada, porque Johnson ha extendido su "cuarentena" a tales destinos turísticos.

La imposición de una cuarentena de 15 días a los turistas británicos que hayan estado en España —por cierto, la misma que el gobierno de España barajó en su día, recuérdese—, hace casi imposible que el turismo fluya hacia la península. Por ello, Juan Manuel Moreno trató de argumentar ayer que Andalucía es un destino seguro.

Para demostrar la responsabilidad andaluza en las playas, le mandó al primer ministro británico, Boris Johnson, una perspectiva aérea de la playa de Chipiona (Cádiz) tomada por una televisión británica, donde podía observarse la rigurosa distancia de seguridad que se mantiene entre las sombrillas y las familias. Por ello pidió el embajador Hugh Elliot y al propio Johnson que no siga adelante con la cuarentena.

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