Susana Díaz, Teresa Rodríguez y Albert Rivera se la juegan en Andalucía
A estas alturas, los que no tienen nada que temer de estas elecciones son el PP de Juan Manuel Moreno y Vox.
Según las encuestas conocidas hasta el momento, que coinciden básicamente con los sondeos efectuados a nivel nacional si exceptuamos la macroconsulta del CIS, Ciudadanos se da un batacazo nacional y desciende notablemente en Andalucía. El PSOE de Susana Díaz no sumará nada a Pedro Sánchez y tal vez hasta le reste. Teresa Rodríguez puede perder escaños a manos de sí misma, de Pablo Iglesias y de Íñigo Errejón, e IU, su socio andaluz, puede quedar fuera del juego parlamentario.
El caso más llamativo, por lo vertiginoso, es el de Ciudadanos que, incluso habiendo rectificado el rumbo de su orientación política participando del gobierno con PP y Vox habiendo antes sostenido al PSOE de Susana Díaz, no ha podido evitar la impresión de vaivenes injustificados que ha dado en los últimos años.
Juan Marín, que ha apostado por un seguro segundo plano que le impide desgastes innecesarios, está viendo cómo de los 11 escaños que obtuvo en abril, su formación naranja en Andalucía puede perder incluso más de la mitad.
Por eso, le resulta imprescindible aparecer como el "salvador" de Ciudadanos y de Albert Rivera en estas elecciones. Pero para ello tiene que lograr que el voto de Ciudadanos no se vaya ni al PP ni a Vox ni al PSOE que son los que lo están desgarrando, por ese orden.
Según Rivera, si su partido consigue subir dos puntos porcentuales en intención de voto en las elecciones del próximo domingo sobre lo previsto por las encuestas, puede obtener un buen resultado y ganar 20 escaños más. Pero, en caso contrario, si se consagra la tendencia que lo hace bajar de 57 escaños a menos de 20, la crisis interna será inevitable.
Aunque Rivera es quien se la juega, Juan Marín, pase lo que pase en Andalucía, siempre podrá argumentar que los resultados electorales en Andalucía se deben más a la estrategia nacional de su partido que al desgaste regional si bien resultará igualmente "tocado".
Posible deterioro del PSOE
El PSOE andaluz necesita ineludiblemente subir de los 24 escaños obtenidos a una cifra superior, por mínima que esta sea. Lo que no puede permitirse es bajar de 24 escaños porque ello significaría que el voto socialista en la "tierra prometida" se ha deteriorado aún más desde abril de 2019, tras el batacazo andaluz de 2018, y que el gobierno de PP, Ciudadanos y Vox funciona sin daños evidentes.
Pero el asunto se torna muy turbio a la hora de asumir responsabilidades. Si Susana Díaz resultó muy tocada por sus resultados electorales de diciembre de 2018 cuando perdió, por vez primera desde 1982, el gobierno de Andalucía, en estas elecciones carece de responsabilidades estratégicas, ya que todo ha sido decidido en la calle Ferraz.
Por otro lado, si finalmente la apuesta de repetición electoral de Pedro Sánchez terminara por hacerle perder el gobierno o se encaminara a un nuevo bloqueo, la avería de su equipo y de su imagen sería tan aguda que la figura de Susana Díaz podría recomponerse en el interior del PSOE, aunque el resultado andaluz no fuera el esperado.
Teresa Rodríguez no consigue consolidarse
Teresa Rodríguez, que no logra consolidarse como figura política de primer nivel en Andalucía debido a sus ausencias de la vida pública por su reciente maternidad y sus excesos ideológicos, tiene como reto principal no bajar de los 9 escaños que consiguió en conjunción con Izquierda Unida, Equo y otras formaciones menores. La irrupción de Errejón y las desavenencias internas con Pablo Iglesias, pueden hacer que sufra un nuevo revés.
No parece posible dudar que si la media de las encuestas, incluido el CIS, pronostican un bajonazo de consideración a Unidas Podemos en toda España, algunos escaños no se extravíen en Andalucía. Por si fuera poco, su animadversión personal y política hacia Susana Díaz le sitúan fuera de todo posible acuerdo y la aísla de forma notable en la vida política andaluza.
PP y Vox: nada que temer
Por tanto, a estas alturas, los que no tienen nada que temer de estas elecciones son el PP de Juan Manuel Moreno y Vox. Beneficiado por el efecto Casado y por su discreta gestión en la Junta de Andalucía, Moreno podría presentarse como el artífice de la subida de algunos escaños, hasta cinco, y no se barrunta bajada alguna en ninguna consulta demoscópica.
El caso de Vox, como en las pasadas elecciones andaluzas, puede ser una sorpresa cocinada por la tensión del separatismo catalán y la exhumación del cadáver de Franco del Valle de los Caídos. Pero en Andalucía, además, Vox ha mostrado su utilidad para sostener al nuevo gobierno y ha abandonado algunos tics que le produjeron cierta merma de votos en abril de 2019.
De hecho, podría conseguir hasta 12 escaños, el doble de los que ahora tiene, para el Congreso de los Diputados desde Andalucía, los mismos que obtuvo en el Parlamento andaluz. Como en el caso anterior, ningún indicador pone en peligro el esperado éxito de la formación en las elecciones del próximo domingo.
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