El sociólogo Manuel Pérez Yruela, que, por cierto, estuvo casado con la actual vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, bautizó un fenómeno peculiar que tiene lugar en Andalucía con la denominación de la "paradoja de la satisfacción". Según esta figura, los andaluces están a la cola del bienestar, pero están bastante satisfechos de su vida y de sí mismos.
Comparados con el atraso heredado, los andaluces sienten que se progresa, aunque sean los últimos de la carrera por el bienestar. Es el caso del atleta que entra el último en la meta. Avanzar ha avanzado desde el comienzo de la carrera, pero mucho menos que sus competidores y es por eso que ha entrado el último. Cuando eso ocurre durante décadas, se está ante un grave problema de estrategia de desarrollo de una comunidad o una nación.
Esta curiosa "paradoja de la satisfacción", aprovechada hábilmente por el PSOE desde su primera victoria en 1982, fue definida y perfilada ya en los primeros años del siglo XXI, en los tiempos en que Manuel Chaves anuncia su "segunda modernización" de Andalucía.
Este martes, el presidente del Consejo Económica y Social de Andalucía, Ángel J. Gallego Morales, entregó al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, el Informe sobre la Situación Socioeconómica de Andalucía relativo al año 2018. En dicho informe, se consagra de nuevo esta realidad. Los andaluces siguen a la cola del bienestar español, pero no sienten especial insatisfacción por ello.
Un ejemplo de lo expuesto, que consta en el Informe Completo elaborado por el Comité correspondiente del Consejo Económico Social es la convergencia con las demás regiones de Europa. Considerando tres indicadores como son el PIB per cápita (en términos absolutos y relativos), la tasa de empleo y la tasa de desempleo, se deduce que en los últimos años ha vuelto a ampliarse la distancia que separa a Andalucía de la media europea.
Tras un largo proceso de divergencia entre 2006 y 2015, en 2016 y 2017, con el gobierno Rajoy en La Moncloa y Susana Díaz en la Junta de Andalucía, se apreció un cambio de tendencia, pero en 2017 Andalucía se volvió a situar más cerca de las regiones con menor PIB. Esto es, volvía de divergir antes que a converger.
Otra perla del informe es la que afirma que "además de ser más pobres que el conjunto de España y de la UE-27, también existe una mayor desigualdad de rentas en Andalucía" y que "mientras en UE-27 la desigualdad ha permanecido estable en todo el período 2008-2016, en Andalucía y España ha aumentado en todos estos años".
Otro ejemplo son los objetivos de la Estrategia Europea 2020 que persigue, en materia educativa, reducir la tasa de abandono temprano hasta el 15% en España (10% para el conjunto de la UE), elevar hasta el 40% la tasa de personas tituladas universitarias entre la población de entre 30 y 34 años, o situar en el 15% el porcentaje de población de entre 25 y 64 años que participa en acciones educativas o formativas.
Según el Informe, "en todos los casos, y pese a la aplicación de diversos programas y actuaciones tendentes a su logro, la Comunidad autónoma andaluza ha registrado niveles aún distantes de los objetivos propuestos y del promedio europeo, si bien, con alguna excepción, ha mantenido en los últimos años una tendencia convergente".
En lo relativo a la sanidad se afirma que se ha producido un "deterioro" en los últimos años, que se "ha propiciado un mayor grado de saturación de las instalaciones y centros sanitarios públicos" y subraya como el número de camas hospitalarias descendió en los hospitales públicos mientras subió la oferta de camas en la sanidad privada.
También se corrobora que la vivienda sigue siendo un importante problema social en Andalucía. Igualmente, en Andalucía, el gasto promedio anual en bienes y servicios culturales en 2017 se situó en 676,6 euros por hogar y en 260,1 € por persona, en todo caso, por debajo de los niveles medios nacionales.
La "paradoja de la satisfacción" aparece en el Informe cuando se trata de cuantificar la Experiencia general de la vida y la Seguridad física y personal. Dice en el texto que "si consideramos ahora todas las dimensiones de medición de la Calidad de Vida, observamos…que Andalucía se sitúa por debajo de la media en todos los ítems, salvo en Experiencia general de la vida y Seguridad física y personal, donde Andalucía se posiciona en 1 y 0,6 puntos por encima respectivamente de la media nacional."
Y añade:
Los aspectos de la calidad de vida donde Andalucía se encuentra en peor posición en relación con la media nacional son Gobernanza y derechos básicos, con -5,1 puntos por debajo, Trabajo y Educación, con -4,7 puntos por debajo, y Entorno y Medioambiente, con -3,5 puntos. Respecto a la comunidad autónoma con mayor valor, los peores registros para Andalucía se encuentran en Educación, con -14,6 puntos, Gobernanza y derechos básicos, con -14,5 puntos, Entorno y Medioambiente, con -12 puntos y en Condiciones materiales de vida, con -11,4 puntos.
Es más, aunque "en Andalucía se ha producido un aumento de la pobreza, la exclusión social y la desigualdad desde el inicio de la crisis económica, lo que nos ha separado aún más respecto a España y al conjunto de la UE-27", los andaluces no se sienten especialmente insatisfechos.