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El PSOE se atraganta con la corrupción andaluza y el gobierno de Moreno se da 'luz verde'

La cascada de escándalos y decepciones de la última semana no parece que vaya a animar muy entusiásticamente a los votantes socialistas andaluces.

Susana Díaz, Pedro Sánchez y el concejal socialista en Granada Paco Cuenca, en un acto de precampaña | EFE

Cuando este jueves en el Parlamento andaluz, Juan Manuel Moreno le dijo a Susana Díaz que el modelo político que defendía no es el de la "trituradora", procedía con eficacia con pocos antecedentes a triturar aún más la esperanza de la dirigente socialista en un futuro político de calado en el PSOE andaluz.

Esta vez sí que fue ella misma quien aupó al minigorila rojo de Huévar, su exalcalde Rafael Moreno, origen de todas las corruptelas en Huévar del Aljarafe, nada menos que a la Dirección General de Políticas Activas de Empleo del Servicio Andaluz de Empleo. Dejar el asunto del empleo en manos de quien había practicado el nepotismo y el clientelismo más infame, como ya demostró LD en 2010 y 2011 y refrendó ABC hace unos días, es imperdonable.

Pero también fue ella misma la que enarboló la mina de Aznalcóllar en su campaña electoral de 2015 para incrementar su morral de votos en la vertiente onubense de la sierra Norte de Sevilla. No pudo ser otra la que influyó decisivamente para que las cosas se hicieran como se hicieron –ahora nuevamente investigadas judicialmente–, y quien ha favorecido la imputación del alto cargo de Pedro Sánchez y presidente de la SEPI, Vicente Fernández, que ha tenido que dimitir en plena precampaña.

Y todavía no ha salido la sentencia de los ERE, una sentencia que, aunque muchos sospechen que será suave como un platero judicial, algo tendrá que decir sobre el procedimiento usado en la concesión arbitraria de ayudas sociolaborales. Y si absolviera a Manuel Chaves y a José Antonio Griñan, por poner un tal vez, entonces toda la presión ejercida por ella misma, y también por Pedro Sánchez para aparecer más decentes que nadie, quedará en entredicho en el seno de un partido. Si los condenan, lo mismo, pero con otros matices.

Este jueves saltó a la palestra otro caso de corrupción relacionado con los ERE, pero asimismo con la gestión de Susana Díaz en el PSOE andaluz y sevillano. Al Ayuntamiento de Los Palacios, regido por alcaldes del PSOE en aquel momento, llegó en 2004 una partida del ya famoso "fondo de reptiles" por importe de 750.000 euros para la construcción de un centro ecuestre que nunca existió.

La juez Bolaños archivó el caso hace más de un año, pero la Audiencia Provincial obligó a su reapertura y el juez Ignacio Vilaplana, sustituto de Bolaños que sigue de baja, ha ordenado apertura de juicio oral. De este modo, dos alcaldes socialistas, Emilio Amuedo y Antonio Maestre, pueden ser condenados hasta a seis años de cárcel por malversación y prevaricación. De momento será embargados por el dinero perdido.

Susana Díaz se ve de nuevo manchada por el nuevo marrón porque cuando dejó el PSOE de Sevilla en manos de su íntima amiga Verónica Pérez, ésta colocó en la Ejecutiva del PSOE de Sevilla nada menos que a cinco imputados, uno de ellos, precisamente el imputado y a punto de ser procesado, Antonio Maestre.

No es todo. El exconsejero de Empleo Antonio Fernández, el exviceconsejero del ramo Agustín Barberá, el ex director general de Trabajo Juan Márquez, el ex director general de la agencia IDEA Jacinto Cañete y el ex alto cargo de dicha agencia Bienvenido Martínez, todos ellos han sido acusados de prevaricación, falsedad en documento oficial y malversación por la ayuda de 384.000 euros de la partida presupuestaria 31L a la empresa EDMSéneca, una empresa de Mancha Real (Jaén). Cinco años de cárcel se les pide.

Lo relevante de lo que hizo este jueves el juez Vilaplana no es sólo que la juez Bolaños hubiera archivado el caso sino el por qué lo archivó. Según la juez, estos ex altos cargos no podían ser juzgados dos veces por los mismos delitos identificando estos cargos con los que algunos de ellos sufren en el caso "político" pendiente de sentencia. Pero el juez sustituto no lo ha considerado así y esos ex altos cargos socialistas volverán al banquillo inaugurando así un nuevo camino de espinas para el PSOE andaluz.

Por si fuera poco, Susana Díaz ve como uno de sus principales pilares de su poder, el PSOE de Huelva, tiene una avanzada enfermedad degenerativa. Al ordeno y mando de un Mario Jiménez, su portavoz parlamentario hasta que ella misma lo defenestró recientemente, que pobló de familiares colocados las estructuras de su partido, une ahora el procesamiento inminente de su secretario general de Huelva y presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo, cuñado de Mario Jiménez.

Jiménez, cuyo entorno ha calificado de desleal e infame el trato que le ha dado su antigua valedora Susana Díaz, está alejado del poder, pero no muerto. Hace dos días, uno de los relevantes sanchistas andaluces, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, antiguo enemigo de Jiménez, lo consideró un activo para el futuro del PSOE andaluz. Bienaventurados los políticos porque son desleales los unos con los otros.

Para no alargar esta letanía bien dolorosa para el susanismo, añadamos sólo que este jueves el Parlamento andaluz le quitó de golpe la bandera andaluza a la trianera, al reprobar a su exconsejera María Jesús Montero, hoy ministra de Hacienda en funciones de Pedro Sánchez, por el bloqueo de 1.350 millones a las arcas andaluzas con el voto en contra del PSOE, pero, ojo, con la abstención de Unidas Podemos e Izquierda Unida. De este modo, el Parlamento andaluz reprobaba por primera vez a un ministro del gobierno que, para más inri, es una ministra andaluza.

Si la abstención es el principal enemigo de las ambiciones de Pedro Sánchez, la cascada de escándalos y decepciones de la última semana no parece que vaya a animar muy entusiásticamente a los votantes socialistas andaluces. Y sigue el caso Invercaria, y el resto de la maraña de los ERE, el caso de las transferencias de financiación, el caso IDEA, el caso Avales…

El nuevo gobierno se autoconcede "luz verde"

Frente a esta debacle política y moral, el equipo de gobierno que preside Juan Manuel Moreno, al que parece, no que la Virgen lo viniera a ver tras las pasadas elecciones de diciembre sino que se ha quedado a vivir en alguna capilla del palacio de San Telmo, mató tres pájaros de un tiro en un solo día.

Primero, le espetó lo de la "trituradora" a una Susana Díaz cada vez más acorralada dentro y fuera de su partido. Pero, en segundo lugar, se autoconcedió "luz verde" para penetrar en el, hasta ahora territorio restringido a la izquierda, el ecologismo, y no precisamente de salón. En tercer lugar, comenzó el amarre de los presupuestos para 2020, algo que, de conseguirse, debilitará la oposición de Susana Díaz en el Parlamento andaluz, e incluso su futuro político, ya que asegurará el gobierno hasta las próximas elecciones que tendrían lugar a finales de 2022.

Moreno avanzó este jueves, destaca La Razón, que las cuentas del próximo ejercicio aumentarán un 4% en Sanidad, un 3,6% en Educación y un 3% en políticas sociales, esto es, otro presupuesto de marcado carácter social, mucho más social que los anteriores presentados por Susana Díaz, lo que disminuye su capacidad de presión.

No sólo anunció eso, sino que dejó claro que hoy mismo, en el consejo de gobierno extraordinario, se aprobarán las líneas básicas del Presupuesto para 2020 que ascenderá a 38.539 millones, lo que supone un incremento del 5,6% respecto a este año, que fue de 36.495,5 millones.

El que el nuevo gobierno andaluz haya mostrado tanta diligencia en la elaboración de los presupuestos para el año que viene, además de corresponder a la necesidad ya que el presupuesto de 2019 sólo va a ser operativo unos meses y de estar relacionado con la estabilidad de la legislatura, va a ser un elemento relevante de la próxima campaña electoral, momento en el que ya se conocerá más de las cuentas.

Quizá el aspecto más llamativo de estas cuentas es la penetración directa y sin complejos de la nueva Junta de Andalucía en el ecologismo, territorio hasta ahora reservado a la izquierda política y social y una de las sensibilidades más importantes del electorado andaluz. Es más, habrá una Oficina por el Cambio Climático con un Comisionado cercano al propio Moreno.

210 millones de inversión en bosques y 800 en depuración de aguas son cifras muy importantes, sobre todo en dos frentes en los que el gobierno socialista ha mostrado siempre comportamientos muy deficientes. El tema de los bosques siempre ha estado mediado por los incendios y los escándalos surgidos en los planes antincendios forestales INFOCA, algunos de los cuales tienen relevancia judicial.

El otro, el de la depuración de aguas, ha sido un escándalo político persistente sobre todo para la Andalucía profunda de los pueblos menores. Hace solo un año Libertad Digital denunciaba esta pésima gestión de la Junta presidida por Susana Díaz que la condujo a recibir una sanción de la Unión Europea.

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