Hay varios batallas en la izquierda andaluza, compuesta fundamentalmente por el PSOE y Unidas Podemos -a los que hay que unir formaciones menores como Izquierda Unida y otros- no parecen haber digerido bien la pérdida de control sobre la Junta y los presupuestos tras su derrota electoral de diciembre de 2018.
Pero, al margen de sus derrotas políticas, una tras otra, en la Cámara andaluza donde no han hecho daño al gobierno de PP y Ciudadanos, y donde ni siquiera la tienen ya tomada con Vox, es su conflictivo panorama interno el que provoca numerosas dudas y decepciones en su menguante electorado.
Susana Díaz y el agravio a Chaves y Griñán
Nos ceñiremos a dos hechos que levantan ampollas en los últimos días. El primero, la actitud nada beligerante de Susana Díaz sobre el anuncio de procesamiento inminente del presidente de la Diputación de Huelva, secretario general del PSOE en la provincia y uno de los apoyos de la trianera hasta ahora, Ignacio Caraballo.
Es conocido que Caraballo presuntamente participó en un soborno organizado por el PSOE de Huelva en la localidad de Aljaraque para no perder la alcaldía. El soborno fue perpetrado sobre dos concejales de Aljaraque Sí Se Puede, esto es, la versión local podemita, a cambio de puestos de trabajo público. Y tuvo éxito.
La instrucción ha seguido su marcha desde que se denunció el contubernio y finalmente ha decidido que el imputado Ignacio Caraballo pasará como procesado por la sala judicial quedando sólo fijar la fecha del juicio oral, límite ético del PSOE para hacer dimitir a cualquier militante socialista.
Cuando Susana Díaz competía en transparencia con Sánchez
Las ronchas internas que causan la zozobra interior del socialismo andaluz es la diferente vara de medir que la propia líder del socialismo andaluz tuvo con Manuel Chaves y José Antonio Griñán, ex presidentes del PSOE, de la Junta y líderes en su día del socialismo andaluz, cuando se encontraron en un trance parecido.
Hay que recordar que la presión ejercida sobre ambos por una Susana Díaz que competía entonces con Pedro Sánchez por la transparencia, la lucha contra la corrupción interna y la limpieza de los procedimientos. La presión fue tal que ambos ex presidentes renunciaron a sus escaños parlamentarios, por el mero hecho de estar imputados son juicio oral a la vista, y finalmente, se dieron de baja como militantes del PSOE para evitar su expulsión reglamentaria.
Tal acoso interno fue muy criticado por Manuel Chaves, quien se consideró maltratado por Susana Díaz, algo que Griñán no compartió del todo. Pero, ahora, a la vista de la nula presión de Susana Díaz sobre Ignacio Caraballo para forzar su dimisión de la presidencia de la Diputación y de la secretaría general del PSOE de Huelva, el agravio comparativo resulta llamativo y el descontento hacia la trianera va creciendo poniendo en peligro su futuro político.
Errejón roba cargos a Teresa Rodríguez
En la otra banda de la izquierda andaluza, Unidas Podemos sufre el desgarro errejonita. Mientras Teresa Rodríguez logró unir a todos los izquierdistas andaluces – anticapitalistas, comunistas de IU, nacionalistas andaluces, sindicalistas agrarios e incluso errejonistas -, contra el liderazgo cada vez más cuestionado de Pablo Iglesias e Irene Montero, los problemas se fueron sobrellevando debido, asimismo, a su control sobre el aparato de Podemos en Andalucía.
Pero las cosas han cambiado mucho en los últimos meses dando paso a un desconcierto creciente en la militante de base y no en pocos cargos. Por una parte, Teresa Rodríguez quería forzar a Iglesias a admitir que las siglas de Unidas Podemos desaparecieran de Andalucía para dar paso a la coalición Adelante Andalucía, donde Izquierda Unida y Equo completaban el cartel. Pero su intento ha fracasado.
De este modo, Adelante Andalucía que cuenta con 17 escaños en el Parlamento andaluz, dejará de estar presente en las próximas elecciones de noviembre sin que ninguno de sus socios haya dado explicaciones suficientes. Izquierda Unida no manifestó interés alguno en reeditar una marca que la hundió aún más porque perdió escaños, como Podemos, respecto a las elecciones de 2015.
Errejón y Más País. posibilidades en cuatro provincias
Y luego llegó Íñigo Errejón con su Más País y con voluntad de presentarse al menos en cuatro provincias andaluzas y con posibilidades, eso le dicen las encuestas, de obtener hasta 3 escaños en las próximas elecciones de noviembre. En las elecciones generales de 2016, Podemos obtuvo 11 diputados. En abril de 2019, a pesar de concurrir con Izquierda Unida y Equo, sólo obtuvo 9. Si Errejón consigue sus propósitos, el número de escaños que obtendrá Teresa Rodríguez será menos.
Aún hay más, porque internamente se mueven las cosas a cierta velocidad. El último acontecimiento ha sido el pase a Más País de la única senadora podemita, Esperanza Gómez, situada en su cargo por su buena relación con Teresa Rodríguez. De hecho, ya ha dejado su puesto en la dirección de Podemos Andalucía y se presentará por Más País como número uno de su candidatura en Sevilla.
Aunque los puentes no se han derrumbado entre Esperanza Gómez y Teresa Rodríguez, no desde luego como se han roto entre la dirección andaluza de Podemos y la dirección nacional de Pablo Iglesias, no cabe duda que la "fuga" de Esperanza Gómez añade incertidumbre y confusión a la situación interna de Podemos en Andalucía.