Para millones de votantes del PSOE, España no es un invento, no es una “cárcel de pueblos”, no es una dictadura, no es nada de lo que dicen los separatistas.
Lo de la izquierda en Madrid, pero no solo en Madrid, es para pensarlo. Porque resulta que en los territorios más desarrollados de España no gana nunca.
Ese programa netamente intervencionista debería servir para que el electorado liberal-conservador fuera perfectamente consciente de lo mucho que se juega si finalmente toca ir a las urnas en el mes de noviembre.
Son innúmeras las creencias erróneas sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo, a pesar de encontrarnos sumidos en una sociedad donde tanto cuenta la ciencia.