En el colmo del atolondramiento, creen Sánchez y Calvo que la airada reacción de la derecha se volverá contra ella cuando su injustificada rabieta traiga la muy esperada movilización de la izquierda.
Daniel Ortega es un caudillo rojo que concentra todo el poder a costa de la libertad y las leyes y no duda en masacrar al pueblo para perpetuar su secuestro del Estado.