La frustración acumulada durante décadas de hegemonía cultural de la izquierda es inmensa. VOX puede y debe capitalizarla en forma racional y constructiva.
Estamos hablando de una imposición liberticida muy propia de un equipo de gobierno que profesa una de las ideologías más totalitarias que jamás hayan existido: el comunismo.
Desde que al PSOE andaluz le huele el culo a pólvora y Podemos arrastra la capa de superhéroe por el barro, aquí no se habla más que de la ultraderecha.