Al menos nos cabe el consuelo de saber que no somos nosotros quienes lo hemos elegido, como nos pasó con Zapatero, sino que su desgraciada ascensión es obra de quienes quieren destruir España. No podían haber elegido mejor.
Los Derechos Humanos se comenzaron a aplicar sobre los antepasados de los que hoy, con diferentes acentos, hablan un idioma al que Unamuno se refirió como "Su Majestad la Lengua Española".
Ya se sabe el horror que siempre ha producido en los partidos comunistas ortodoxos que se desencadene un proceso revolucionario sin que ellos lo controlen.
El pensamiento de derechas, por su propia evidencia y adecuación a la realidad, puede parecer elemental y poco elegante, pero Scruton espanta esos riesgos con dos manotazos de sabiduría y sofisticación.