Comienzan las serpientes de verano. La última habla de la posibilidad de que el Ejecutivo supremacista de Quim Torra facilite la fuga fuera de España de los golpistas recientemente trasladados a cárceles catalanas.
Ni Casado ni el PP pueden permitirse la formación de una quinta columna que socave un proceso de regeneración en el que el partido devastado por Santamaría y Rajoy se juega la supervivencia.
Para los que queremos que España siga siendo una nación de ciudadanos libres e iguales, poder elegir entre Rivera y Casado no sólo no es una desgracia sino que es una buenísima señal.