No se puede estar a los dos lados de la barricada: en el club de los privilegiados y en la movilización de género, tan a la moda, tan progre y tan tal.
Ni los populares tienen musculatura suficiente para ejercer la iniciativa que el sistema le confiere a los partidos de Gobierno, ni los socialistas aciertan con las propuestas que son propias de los partidos de Oposición
Tabarnia está haciendo un daño tremendo al separatismo catalán, de ahí la reacción furibunda de los golpistas a las iniciativas que surgen de esa admirable plataforma cívica comprometida con la libertad.
No aguanto ser fraile. Mi sueño es ser monja.
Maldigo mi pene, rejón patriarcal.
Quisiera quitármelo. Venderlo en la lonja.
Mejor: destruirlo, por germen del mal.
Rajoy se resistirá todo lo que pueda al adelanto electoral, aunque eso suponga que el proceso de demolición del PP siga su lenta pero implacable marcha.
En la portada de 'El País' vi una foto y un texto que aludía a los "niños de la llave", es decir, los niños cuyos padres no pueden recogerlos al salir del colegio.
Que se marchen a su Tractoria feliz, la Ítaca de los tractores amarillos, a plantar 'calçots', identidades tribales y 'esteladas'. En cuanto a nosotros, creemos la Nueva Cataluña.
Es este socialismo emotivista el que impone su hegemonía y el que ahora, en una penúltima vuelta de tuerca, asume la ideología de género como la superideología oficial del Estado.