Ya está bien, me niego a aceptar ni la más mínima culpa por los delitos que yo no he cometido, por las actitudes que no tengo. Yo no mato mujeres, señor Fernández Vara, señoras militantes del feminismo ultra.
La República Islámica no permitirá que la destruyan, pero cabe que se vea obligada a atemperar la agresividad de su política exterior. Si lo hace, cambiarán muchas cosas en Oriente Medio.
La llamada "violencia de género" (se entiende, contra el género femenino) en España acusa una incidencia menor que en la mayor parte de los países europeos.
Están empecinados en corromper estos desfiles tan entrañables y convertirlos en una herramienta de adoctrinamiento ideológico para el lavado de cerebro de los más pequeños.
En un asunto en el que quienes aborrecemos del nacionalismo tenemos tanta razón, no nos demos un tiro en el pie inventándonos una realidad que no existe.
Tabarnia es para los no separatistas lo que fue la ciudad para el siervo de la Edad Media. El aire de la ciudad hace libre. El aire de Tabarnia es el aire de la libertad.
En esta mal llamada 'sociedad de la información' hemos alcanzado la falsa convicción de que internet nos permite estar mucho mejor informados de lo que lo estábamos antes.
Putin y Macron tienen poco que ver. Los une, eso sí, una consideración original de sus propios países y una conciencia reforzada de un significado propio, algo parecido a una vocación.