En buena parte de Oriente Medio, tan fuertemente marcado por el islam, la homosexualidad está proscrita y los gais viven en condiciones harto complicadas.
Bruselas sería la primera en tratar de impedir que las sociedades gibraltareñas continúen beneficiándose como si estuvieran en la Unión pero sin estarlo.
La sentencia supone un espaldarazo para quienes, como el presidente de esta Casa, han defendido siempre que en España no se ha querido investigar el 11-M, cuyas funestas consecuencias seguimos padeciendo.