Si Rajoy e Iglesias se salen con la suya y logran polarizar el voto entre una derecha sin horizonte y una izquierda chequista, podrá decirse que la Transición ha muerto.
Si se mantiene la tendencia observada en las primarias de Iowa, es probable que se enfrenten un norteamericano de padres cubanos y una mujer o un judío.
Abrir con los testículos las latas de sardinas.
Chuparse uno a sí mismo los codos, con fruición.
Que crucen el Atlántico volando las gallinas.
Hacer que un cerdo ibérico nos cante una canción.
La victoria de 2011 hizo creer a Rajoy que esa nueva estrategia de vaciedad política había sido un éxito en toda regla. El "liberalismo paradójico" ha mutado en liberalismo suicida.