¿No es mejor afrontar un órdago refrendado por poco más del 40% de los votos que posponer la partida hasta el momento en que ese respaldo alcance más del 50?
Sentenció Artur Mas: “La presidencia de la Generalitat no es una subasta de pescado”. Pues ahora se comprueba que sí lo es. De pescado podrido, para colmo,
El intento de Sánchez de formar un Gobierno tumultuario es la huida hacia delante de un político mediocre, incapaz de darse cuenta de que ha llegado el momento de marcharse a casa.