El PSOE se ha colocado extramuros del juego democrático con su decisión de protagonizar las acciones callejeras organizadas por los sindicatos de izquierdas y su legión de liberados.

El sector privado, zaherido, acribillado a impuestos, ha reaccionado, en parte porque no ha tenido más remedio, mientras el sector público, "lo peor de lo peor", continúa sin querer hacer el ajuste en el gasto que España necesita.

Tras sólo ocho meses en el gobierno, uno mira a Rajoy y sus adláteres y se pregunta qué motivos nos quedan para votarlos. Y no los encuentra.

Podemos encarar el mayor ajuste presupuestario en menos de 24 meses y sin subir los impuestos. Pero sólo si estamos dispuestos a ser Rumania.

Nada fascina más a la corrección política como que haya tanto porcentaje de la humanidad con tan poco porcentaje de la renta total, y viceversa.

Manuel Chaves y José Antonio Griñán han protagonizado esta semana la espantá más sonada de la política andaluza de los últimos 30 años.

Romney y los suyos se enfrentaban con desafíos políticos y electorales mucho más importantes que el del huracán 'Isaac'. Y los superaron con éxito.