(Libertad Digital) Manzano da testimonio en la entrevista de su sometimiento al dopaje durante los tres años que perteneció a la disciplina del Kelme, e incluso reconoce que en dos ocasiones, durante el año 2003, temió por su vida.
Entre las peores vivencias que cuenta el ex ciclista destacan dos, la primera durante el Tour de Francia en la que admite que experimentó con un medicamento nuevo y la segunda tras una transfusión de sangre que se le practicó en Valencia. Durante su experiencia en el Tour de Francia Manzano explica que "...por la mañana me pusieron 50 mililitros de dicho producto (una sustancia que jamás había utilizado antes)".
Una vez comenzada la carrera el ex corredor admite que comentó a dos compañeros que se "encontraba raro, que tenía una sensación como de pájara, mareado, como cuando llevas 200 kilómetros, que ya sólo vas por inercia, y con los brazos sin fuerza". "Me sentía raro, tenía la lengua como hinchada, como que no me entraba aire. Si me hubieran hecho un agujero en la garganta lo hubiera agradecido", explica Manzano.
Manzano comenta que el segundo peor momento en su carrera fue el 25 de julio en Valencia, cuando le hicieron una transfusión que su organismo no aceptó "cuando llevaba 125 ml de la sangre, me empiezo a encontrar muy, muy mal, con escalofríos y tiritera", y apostilla, "si me meten medio litro vuelvo a casa en una caja de pino".
Entre las peores vivencias que cuenta el ex ciclista destacan dos, la primera durante el Tour de Francia en la que admite que experimentó con un medicamento nuevo y la segunda tras una transfusión de sangre que se le practicó en Valencia. Durante su experiencia en el Tour de Francia Manzano explica que "...por la mañana me pusieron 50 mililitros de dicho producto (una sustancia que jamás había utilizado antes)".
Una vez comenzada la carrera el ex corredor admite que comentó a dos compañeros que se "encontraba raro, que tenía una sensación como de pájara, mareado, como cuando llevas 200 kilómetros, que ya sólo vas por inercia, y con los brazos sin fuerza". "Me sentía raro, tenía la lengua como hinchada, como que no me entraba aire. Si me hubieran hecho un agujero en la garganta lo hubiera agradecido", explica Manzano.
Manzano comenta que el segundo peor momento en su carrera fue el 25 de julio en Valencia, cuando le hicieron una transfusión que su organismo no aceptó "cuando llevaba 125 ml de la sangre, me empiezo a encontrar muy, muy mal, con escalofríos y tiritera", y apostilla, "si me meten medio litro vuelvo a casa en una caja de pino".