"Comparto la opinión del canciller Gerhard Schroeder" sobre los tipos de interés, porque "creo que ahora las paridades monetarias no están en conformidad con las realidades económicas", dijo Raffarin.
Raffarin dijo que "la brutalidad de los movimientos (monetarios) no es buena ni para Estados Unidos ni para Europa", circunstancia que a su juicio ya señalaron los ministros de Finanzas de los países más desarrollados (G7) en Florida. No obstante, el primer ministro francés consideró que la situación de los tipos de cambio no va a afectar de forma sustancial al crecimiento económico.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, fue el primero en presionar al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, y declaró que "con todo el respeto por la independencia del Banco Central Europeo" existen "motivos para que ahí se medite también sobre una reducción de los tipos de interés". El mandatario alemán afirmó que la debilidad del dólar y la fortaleza del euro acarrean problemas a la exportación, para añadir que eso es algo en lo que tendría que pensar "intensamente" el BCE.
Tras estas nuevas presiones, la moneda única europea se cambiaba a las 17:00 horas GMT a 1,2443 dólares, aunque durante la jornada llegó a caer a 1,2382 dólares. El Banco Central Europeo (BCE) fijó su cambio oficial en 1,2444 dólares. La mayoría de los expertos no cree que el Consejo de Gobierno del banco europeo reduzca los intereses, actualmente en el 2 por ciento, en su próxima reunión del 4 de marzo.