L D (EFE) Publicado en la revista de FUNCAS "Papeles de Economía Española" y elaborado por expertos y profesores universitarios, el estudio "Inmigración: ¿Qué sienten y opinan los españoles?" afirma que un 85 por ciento cree que se debe permitir la entrada sólo a quienes tengan un contrato de empleo y un 74 por ciento está dispuesto a que sus hijos compartan las aulas con los inmigrantes.
Además, un 46 por ciento percibe que sus conciudadanos los tratan con desconfianza, un 12 por ciento percibe desprecio y agresión y sólo un 24 por ciento que lo hacen con normalidad y amabilidad. Para un 48 por ciento los inmigrantes son demasiados; para un 40 por ciento son bastantes, "pero no demasiados", y para un 4 por ciento son pocos. El documento destaca que pese a que un 28 por ciento de los extranjeros procede de países ricos, sólo un 5 por ciento piensa en ellos como inmigrantes. Al contrario, un 77 por ciento piensa en los marroquíes al hablar de inmigrantes, "cuando su peso en la población total de extranjeros es sólo el 20 por ciento. La población marroquí censada es similar a la población de Teruel, Ávila o Segovia".
En 2003 la presencia de residentes extranjeros es muy importante en: Baleares (7,22 por ciento), Canarias (5,48 por ciento), Cataluña (5,20 por ciento), Madrid (5,03 por ciento), y Murcia (4,42 por ciento), donde los censados representan en torno al 5,7 por ciento de la población total. Por contra, este porcentaje es pequeño en Cantabria, con un 1,6 por ciento de su población; Castilla-La Mancha (1,4 por ciento), Castilla y León (1,2 por ciento), Asturias (1,1 por ciento), Extremadura (1 por ciento) y País Vasco (1 por ciento). "El volumen de extranjeros casi se ha duplicado en cuatro años y medio, y triplicado con creces en diez. Sólo en la primera mitad de 2003 el número de los residentes legales aumentó en 125.000, un 10 por ciento más de los que había un año antes", añade.
Según los profesores José Tezanos y Sergio Tezanos de la UNED, si se mantienen las mismas tendencias, a corto y medio plazo, en 2010 la población extranjera residente en España superará los seis millones de personas, ascendiendo en el 2015 a más de once millones. De seguir las cosas igual, los extranjeros, que hoy suponen el 5,4 por ciento de los residentes en España, podrían llegar en 2010 a casi el 14,3 por ciento y en 2015, al 27,4 por ciento.
En el estudio, Eduardo Sagarra, de la Universidad de Barcelona, y Francisco Massó (U.Castilla-La Mancha) creen que el flujo creciente de inmigrantes económicos ha causado "un complejo panorama de normas, con continuas modificaciones que complican la seguridad jurídica, la claridad y transparencia del derecho español de extranjería. El legislador ha optado por una política de control, más que de integración, de los inmigrantes".
Por otro lado, el estudio resalta que la tasa de actividad de los extranjeros respecto a la población activa es 16,5 puntos superior a la de los españoles, lo que se debe sobre todo a la alta tasa de los no comunitarios. El peso de las mujeres en el total del empleo es también más importante en la población extranjera no comunitaria (44,6por ciento) que en la española (37,4por ciento). Por sector de actividad, la agricultura y la construcción tienen un peso más elevado en la población ocupada extranjera que en la española; los servicios, un peso similar, y la industria, un peso significativamente inferior. En cuanto a la cuestión de las remesas, el volumen enviado al exterior el último año superó los 2.300 millones de euros con un crecimiento casi exponencial, hasta el punto de que esta cifra se ha multiplicado por 2,5 en cuatro años. En promedio, cada inmigrante enviaría al exterior 3.864 euros/año o bien 322 euros mensuales.