(Libertad Digital) El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, ha realizado en el discurso del debate de investidura duras críticas a la etapa de gobierno de CiU. Según dijo, con la entrada del Gobierno PSC-ERC-ICV "se ha acabado el tiempo en que había quien se atrevía a repartir patentes de catalanidad".
Maragall, en palabras similares a las pronunciadas por Ernest Benach (ERC), presidente del Parlamento, en su investidura, expuso en su discurso el camino de "no retorno" que emprende Cataluña con el gobierno tripartito y que supondrá "la renovación del pacto" con España en base a la "libre declaración de interdependencia desde la libertad de decisión". "Unión y libertad", resumió Maragall, según informa Europa Press. Además, advirtió al Partido Popular de que, si mantienen sus posiciones "agresivas", "el drama está servido" y reiteró que si el Estatuto es rechazado en el Congreso "el pueblo de Catalunya se pronunciará, siempre dentro de la legalidad".
Por su parte, el vicepresidente segundo y ministro de la Presidencia, Javier Arenas, ha advertido de que el nuevo Gobierno tripartito catalán tiene "dos proyectos" políticos, uno para defender antes de las elecciones generales de marzo y otro que PSC, ERC e IC sacarán adelante después de esta convocatoria electoral. Arenas pidió a José Luis Rodríguez Zapatero y a Maragall, que expliquen el contenido de este "proyecto final" que la Generalitat aplicará a partir de las elecciones y que los ciudadanos "tienen derecho a conocer". Asimismo, hizo hincapié en que el pacto de gobierno suscrito tiene aspectos inconstitucionales y se mostró convencido de que una reforma del Estatuto "condicionada por el independentismo de ERC" forzosamente estará "fuera de la Constitución", a pesar de las declaraciones que los socialistas hagan en sentido contrario. Arenas cree que el acuerdo del tripartito guarda "algunas semejanzas" con el Plan Ibarretxe, sobre todo en lo que se refiere a la posibilidad de convocar un referéndum sobre la propuesta de reforma del Estatuto catalán incluso si no es aprobada por las Cortes Generales.