L D (Agencias) En una entrevista publicada por el diario The Miami Herald , el ex presidente de Bolivia afirma que se encuentra en EEUU para recuperarse tras su precipitada salida el viernes pasado de La Paz.
"Yo no me estoy quejando, porque el presidente debe saber cómo mantener la democracia, cómo mantener la estabilidad, pero yo veo muchas incertidumbres en el futuro de Bolivia", señaló el ex mandatario al diario, en las primeras declaraciones tras su salida del poder. No obstante, Lozada quiso ser optimista con respecto a su país y afirmó también: "Vamos a esperar lo mejor".
El ex gobernante ha explicado también que Venezuela nunca apoyó oficialmente su gobierno durante las semanas de protestas, aunque indicó que el presidente venezolano, Hugo Chávez, lo llamó para ofrecerle ayuda horas ante de abandonar su país. Agregó que en la conversación le pidió a Chávez que hablara "con sus amigos" Felipe Quispe y Evo Morales –los líderes sindical y cocalero que encabezaron las protestas– y les dijera que detuvieran las muertes.
La clave: el abandono de Carlos Mesa
Sin embargo, hiciera Chávez o no las llamadas a Quispe y a Morales, lo cierto es que Sánchez de Lozada se vio obligado a salir de Bolivia precipitadamente el viernes pasado. Llegó el sábado de madrugada a Miami con su familia, acogido por Estados Unidos tras dimitir, después de varias semanas de protestas y disturbios en las calles que dejaron casi 80 muertos, y allí dice recuperarse de la "conmoción y vergüenza" que ha sentido tras su salida.
Para Sánchez de Lozada, el retiro del apoyo a su gestión de políticos como el que fuera vicepresidente y actual presidente, Carlos Mesa, y su ex rival Manfred Reyes fueron los últimos factores que propiciaron su caída. También lamentó que el Gobierno de EEUU no le hubiese otorgado 150 millones de dólares que había solicitado personalmente al presidente George W. Bush durante una visita previa.
Le pidió 150 millones de dólares a Bush
Sánchez de Lozada señaló que le advirtió a Bush en aquel momento del peligro de una revuelta social en Bolivia. "Se lo dije: 'Perdóneme por usar esta visita para pedirle 150 millones de dólares, que es el faltante que tenemos en nuestro presupuesto, por la inestabilidad del proceso electoral'", señaló. "Le dije que me atrevía a hacerle esa petición porque cuando volviera pidiendo asilo político un año después, él me preguntaría qué ocurrió", explicó.
Sin embargo, el ex presidente dijo que no puede culpar a Washington por su renuncia y agradeció a la administración Bush su apoyo político. "No voy a decir que los problemas de mi gobierno o de Bolivia son culpa de EEUU. Sin embargo, ellos pudieron haber hecho un poco más por ayudarnos", añadió el ex presidente. Lozada recibió al llegar a EEUU los elogios del Gobierno de Washington a su gestión y, en un comunicado del Departamento de Estado, lamentó el fin de su mandato.
"Yo no me estoy quejando, porque el presidente debe saber cómo mantener la democracia, cómo mantener la estabilidad, pero yo veo muchas incertidumbres en el futuro de Bolivia", señaló el ex mandatario al diario, en las primeras declaraciones tras su salida del poder. No obstante, Lozada quiso ser optimista con respecto a su país y afirmó también: "Vamos a esperar lo mejor".
El ex gobernante ha explicado también que Venezuela nunca apoyó oficialmente su gobierno durante las semanas de protestas, aunque indicó que el presidente venezolano, Hugo Chávez, lo llamó para ofrecerle ayuda horas ante de abandonar su país. Agregó que en la conversación le pidió a Chávez que hablara "con sus amigos" Felipe Quispe y Evo Morales –los líderes sindical y cocalero que encabezaron las protestas– y les dijera que detuvieran las muertes.
La clave: el abandono de Carlos Mesa
Sin embargo, hiciera Chávez o no las llamadas a Quispe y a Morales, lo cierto es que Sánchez de Lozada se vio obligado a salir de Bolivia precipitadamente el viernes pasado. Llegó el sábado de madrugada a Miami con su familia, acogido por Estados Unidos tras dimitir, después de varias semanas de protestas y disturbios en las calles que dejaron casi 80 muertos, y allí dice recuperarse de la "conmoción y vergüenza" que ha sentido tras su salida.
Para Sánchez de Lozada, el retiro del apoyo a su gestión de políticos como el que fuera vicepresidente y actual presidente, Carlos Mesa, y su ex rival Manfred Reyes fueron los últimos factores que propiciaron su caída. También lamentó que el Gobierno de EEUU no le hubiese otorgado 150 millones de dólares que había solicitado personalmente al presidente George W. Bush durante una visita previa.
Le pidió 150 millones de dólares a Bush
Sánchez de Lozada señaló que le advirtió a Bush en aquel momento del peligro de una revuelta social en Bolivia. "Se lo dije: 'Perdóneme por usar esta visita para pedirle 150 millones de dólares, que es el faltante que tenemos en nuestro presupuesto, por la inestabilidad del proceso electoral'", señaló. "Le dije que me atrevía a hacerle esa petición porque cuando volviera pidiendo asilo político un año después, él me preguntaría qué ocurrió", explicó.
Sin embargo, el ex presidente dijo que no puede culpar a Washington por su renuncia y agradeció a la administración Bush su apoyo político. "No voy a decir que los problemas de mi gobierno o de Bolivia son culpa de EEUU. Sin embargo, ellos pudieron haber hecho un poco más por ayudarnos", añadió el ex presidente. Lozada recibió al llegar a EEUU los elogios del Gobierno de Washington a su gestión y, en un comunicado del Departamento de Estado, lamentó el fin de su mandato.