Ha llegado la hora en la que Inglaterra debe demostrar que ha vuelto a ser una de las selecciones más competitivas del mundo. Lleva varios años a la deriva, sin encontrar un grupo que de garantías de éxito y sin la presencia de un jugador que devuelva la ilusión por su proyección. Steven Gerrard y Wayne Rooney, tercer mundial para ambos, ejercen de líderes del plantel que Hodgson ha configurado para Brasil. La juventud de un importante grupo de integrantes es el principal aspecto a destacar.

Se han quedado fuera de la convocatoria Ashley Cole, de 33 años, y Michael Carrick, de 32, quien sí ha entrado como parte de los siete futbolistas reservas. Contrasta con la presencia de varios jugadores que no pasan de los veinte años como Raheem Sterling, Luke Shaw o Ross Barkley. Por tanto, el seleccionador inglés confía en los veteranos para comenzar a construir, con jóvenes promesas, el futuro de Inglaterra. Su país no volvería a tolerar una nueva decepción.

Aunque comenzó la temporada generando muchas dudas para Pellegrini, Joe Hart sigue siendo el portero titular de la selección. Ben Foster y Fraser Forster esperarán su turno en el banquillo. Para la zaga, Hodgson combina experiencia con juventud. Gary Cahill, Glen Johnson, Leighton Baines y Phil Jagielka deberán inculcar a Phil Jones y Chris Smalling sus enseñanzas para cumplir con garantías el papel de defensa en la selección. Para el centro del campo, Gerrard debe ser el que tome el mando. Sterling, Barkley, Wilshere y Oxlade-Chamberlain, entre otros, deben aprender de Frank Lampard, que continúa siendo un peso pesado dentro del Chelsea y del combinado inglés. Para la delantera, no hay dudas en que Rooney debe ser decisivo con sus goles. Le acompañarán Welbeck, Sturridge y Lambert. Presente, pasado y futuro que pretenden dar equilibrio a Inglaterra, que acumula años con más sombras que luces a nivel internacional.