Austria quiere escribir su propia historia desde cero. Ha llegado el momento de dar un paso al frente para ganar protagonismo a nivel europeo. Llegar a la Eurocopa de Francia ya es un premio importante. Ahora el siguiente paso es aprovechar las posibles debilidades de un grupo que excepto Portugal está compuesto de selecciones inexpertas para acceder a octavos y a partir de ahí disfrutar de todo lo que les vaya llegando.

El objetivo de Austria es mantener intacto el buen rendimiento que mostraron en la fase de clasificación. Nueve victorias y un empate no son fruto de la casualidad. De ahí que su primer lugar en el grupo G haya sido merecido. Haber encajado cinco goles sugiere cuál es una de sus principales fortalezas.

La selección austríaca se encuentra en una importante tesitura. No posee experiencia pero cuenta con uno de los mejores planteles de su historia. El jugador de referencia es Alaba. Calidad, físico, personalidad y experiencia son los principales adjetivos en su carta de presentación y que lo convierten en un jugador polivalente para cualquier entrenador. Desde el centro del campo se generan todas las acciones que tienen su fruto en la portería contraria. Son ágiles, veloces y tratan de ocupar todo el frente de ataque de manera vertical y concisa. No es un plan complejo de ejecutar y tienden a repetirlo en cada encuentro con éxito, aunque sus rivales sepan de antemano lo que van a hacer. Prefieren ser predecibles a asumir riesgos innecesarios en los que no sepan desenvolverse. Además de David Alaba hay que mencionar a Arnautovic, uno de los jugadores más preciados para el Stoke City y que quiere dar un salto con la selección. Sin duda, generará muchos problemas a las defensas rivales.