Rusia acude a Francia con el objetivo de recuperar el nivel mostrado durante la Eurocopa de 2008 y hacer olvidar el mal sabor de boca que dejó su eliminación en la fase de grupos en el último torneo celebrado en Polonia y Ucrania. Con la división de la URSS su fútbol se vio afectado. Mantuvieron jugadores de nivel con buenas cualidades físicas y técnicas pero a los que siempre les acompañaba un talante frío y despreocupado El estancamiento ha impedido que su resurgir hace ocho años de la mano de Guus Hiddink les permitiera sentar las bases para un proyecto de futuro. Entonces alcanzaron las semifinales del torneo con buen fútbol y velocidad incisiva ideal para profundizar y generar peligro en las inmediaciones del área.

Leonid Slutsky se hizo cargo de la selección en 2015 para reemplazar a Fabio Capello y compaginando su labor como técnico del CSKA de Moscú al que llegó a finales de 2009 como consecuencia de la destitución de Juande Ramos y que influye a la hora de elegir sus internacionales. El primer paso era conseguir el billete para Francia y lo obtuvieron como segunda del grupo que lideraba Austria, la única selección que le llevó a perder sus partidos.

En cuanto a la convocatoria, destacan las ausencias por lesión de Yuri Zhirkov, Oleg Kuzmin, Denis Cheryshev y Dzagoev. Las dos últimas, bajas destacables. En el por ser la estrella referente de la selección rusa. En el segundo por ser uno de los jugadores con mayor proyección internacional que a pesar de haber vivido una temporada confusa por lo sucedido en Copa del Rey con el Real Madrid y posteriormente con el Valencia, donde ha demostrado el crecimiento que se esperaba y debía servirle en Francia para convertirse en pieza angular de su país.

Cabe destacar dos nombres propios por su nacionalización rusa. Roman Neustädter tenía otras opciones. Nació en Ucrania, tiene raíces alemanas pero con Kazajistán en el punto de mira de su familia paterna. Todo hacía pensar, tras enfundarse la elástica de las categorías inferiores de la Mannschaft que sería la elegida para el resto de su carrera. Llegó a ser convocado por Löw pero nunca disputó ningún partido oficial por lo que Rusia aprovechó sus opciones y supo convencerle. A mediados de mayo obtuvo su nacionalidad rusa que le abrió las puertas de la lista de Slutsky.

En apenas unos meses, Rusia ha incluido en sus filas dos jugadores con historia similar. El pasado noviembre, el portero de origen brasileño Guilherme Marinato se convirtió en ciudadano ruso y suplente de Akinfeev en la portería de la selección. Ambos casos han provocado suspicacias y críticas en el país, que se unen a las discrepancias por el exceso de jugadores procedentes del CSKA.

La selección rusa quiere hacer un buen trabajo en Francia, el último reto que afrontarán antes de acoger el Mundial de 2018. La motivación es extra. A pesar de todos los contratiempos a los que se están enfrentando por haber ganado la candidatura, desean que el salto de calidad que ha experimentado la liga rusa en los últimos años quede reflejado en su buen hacer en la selección en la Eurocopa como preámbulo de la confirmación y asentamiento en la Copa del mundo.