Albania debuta en una Eurocopa y lo hace en Francia sin presión, considerando que el hecho de haber superado la fase de clasificación ya es un motivo de celebración. Por inesperado pueden ser una de las sorpresas del torneo. Ya demostraron ante Portugal, a la que ganaron, que tienen poco que perder y mucho que ganar.

Un equipo como Albania es consciente de las carencias respecto a otras potencias mundiales. Por ello, se centran en dar pasos sencillos pero firmes. El primero debe ser cuidar cada detalle defensivo. La zaga cuenta con jugadores que no se amedrentan y saben el papel que deben desempeñar en cada momento del partido. No titubean para cerrar las jugadas y tampoco lo hacen cuando les toca involucrarse en la salida de balón o elaboración del juego. El segundo, aprovechar las pocas ocasiones de las que dispongan con la máxima efectividad. Kukeli es el eje del equipo. Se sitúa en el centro del campo, basculando, ordenando y organizando.

Gianni de Biasi es el artífice del logro conseguido. Ha inculcado mayor carácter competitivo a los internacionales, les ha dado esperanza y les ha animado a creer en sus opciones. El resultado, con trabajo de fondo, ha sido el deseado. Están en Francia y no quieren hacer las maletas pronto aunque lo tendrán difícil.