(Libertad Digital) El diputado del PP por Ceuta, Francisco Antonio González, ha acusado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de "mentir descaradamente" por afirmar que las vallas de Ceuta y Melilla se instalaron durante los gobiernos del PP, destacando que se colocaron en 1995 cuando era ministro el socialista Juan Alberto Belloch.
"Creo sinceramente que el presidente del Gobierno lo que tiene que hacer es dejar de mentir a la sociedad española, ser honesto, ser serio, cumplir con sus obligaciones como presidente del Gobierno y no seguir engañando a toda la población española", insistió González en los pasillos del Congreso. En concreto, el diputado popular recordó que el diario de sesiones del 17 de octubre de 1995 indica que fue Juan Alberto Belloch, ministro del Interior con el último Gobierno de Felipe González, el que decidió realizar un "despliegue de verja alrededor de las ciudades de Ceuta y Melilla".
Por lo tanto, recriminó al Gobierno que haya afirmado que la valla la instaló el PP o que las patrullas conjuntas con Marruecos se organizaron con el PP. "Creo que Zapatero, que entonces era diputado, o tiene la memoria muy débil o está mintiendo descaradamente a los españoles", recalcó. Al ser preguntado por las críticas del PP de Canarias al envío de subsaharianos al centro de Tenerife, González señaló que lo que hay que hacer es "mandar a los subsaharianos o inmigrantes ilegales que entren en España a aquellos centros en los que haya disponibilidad de plazas" y si el de Tenerife está "absolutamente saturado", enviar allí a más inmigrantes es "un disparate más de este Gobierno".
Zapatero aseguró que Marruecos tiene unos 5.000 efectivos desplegados alrededor de Ceuta y Melilla y que en los últimos meses ha detenido a unos 6.000 subsaharianos que estaban en los alrededores de las ciudades autónomas. Según Francisco Antonio González, 5.000 policías dados la mano darían dos vueltas a la frontera y no se necesitaría ni valla. Ademá, indica González, en los últimos meses han entrado 5.000 inmigrantes, con lo que a cada efectivo marroquí le correspondería sólo un inmigrante para detener.