Pese a la repercusión mediática que han tenido y su llamada a la movilización contra la visita del Papa, el lobby ateo y laicista ha visto con desagrado como el viaje de Benedicto XVI ha sido un éxito, también en cifras.
Mucho se había hablado de la gran manifestación que se produciría en Londres el día que el Papa estuviese en la capital de Reino Unido. Un lugar común, Hyde Park, ha sido testigo del fracaso de los que intentaron reventar esta visita. Allí comenzó la marcha, que según la BBC no sumó más de dos mil personas aunque los organizadores hablaban de 10.000.
Este dato contrasta con la vigilia de oración que presidió el Papa el sábado por la noche en el mismo lugar y que congregó a más de 80.000 fieles, que no pararon de vitorear y apoyar al Pontífice en un momento complicado para la Iglesia.
Algunos analistas afirmaban que los casos de abusos sexuales provocarían que el viaje del Papa fuera un fracaso y que los fieles británicos darían la espalda a Benedicto. Más bien ha sido todo lo contrario, puesto que la forma de afrontar el problema por parte del Santo Padre y la agresiva campaña contra su persona realizada en Reino Unido han movilizado aún más a los católicos. En los cuatro días de visita, con numerosos actos públicos, el Pontífice ha estado siempre escoltado por miles de personas, en un país de minoría católica.
Los miles de manifestantes, encabezados por el ateo profesional Richard Dawkins, se mofaron de los católicos e insultaron gravemente al Papa. El autor de la biblia del ateo comparó al Pontífice con Hitler, casi lo más flojo que se le dijo. Incluso algunos le calificaban "puta de Babilonia" o "cerdo machista", como recoge El Mundo. Disfrazados de monjas y de obispos, otros repartían preservativos y las feministas llevaban pancartas que decían "Papa Ratzi, no pongas tus rosarios en mis ovarios" o "quita tus sucias manos de mis huevos, Benedicto".
"La oposición del Papa a los condones mata a la gente", "El Papa protege a los curas pederastas" o "Si toleráis esto ahora, vuestros hijos serán los próximos" eran algunas de las frases que también podían leerse en las pancartas, tal y como recoge Efe.
El presidente de la Sociedad Nacional Secular, Terry Sanderson, afirmó que "pasaron ya los días de los papas" y agregó que "éste es un país laico, una nación secular, por lo que el Papa debería irse a casa con su religión y dejarnos que arreglemos nuestra sociedad". El conocido comediante británico Al Murray, que estaba también entre los manifestantes, dijo que "ya está bien de que nos dé lecciones de moral y debería fijarse en su propia organización".
Estos insultos contrastaron con la vigilia de oración previa a la beatificación del cardenal Newman. De camino al parque londinense una multitud acompañaba al Papa en su recorrido. Una vez allí, 80.000 personas estuvieron junto al Papa mientras cientos de personas tenían que seguir sus palabras fuera del parque.
Según cuenta Europa Press, el Santo Padre animó los cristianos a ser responsables en estos tiempos de crisis y turbación. "Los cristianos no pueden permitirse el lujo de continuar como si no pasara nada, haciendo caso omiso de la profunda crisis de fe que impregna nuestra sociedad, o confiando sencillamente en que el patrimonio de valores transmitido durante siglos de cristianismo seguirá inspirando y configurando el futuro de nuestra sociedad", ha declarado el Santo Padre.
En la Vigilia de Oración que, Benedicto XVI entró en el Papa-movil para saludar a los miles de fieles que se congregaron en la explanada de Hyde Park, y que le acogieron con gritos y cantos, mientras un coro entonaba el Aleluya de Haendel. La presencia del Papa en las calles del recinto ha despertado un auténtico baño de multitudes de emoción no contenida.
El discurso estuvo principalmente dedicado a la figura y el mensaje del cardenal Newman. Sobre el que este domingo será ya beato inglés, el Papa dijo que ha ejercido una "importante influencia en su vida y pensamiento, y refriéndose a él ha señalado que "sabemos que en tiempos de crisis y turbación Dios ha suscitado grandes santos y profetas para la renovación de la Iglesia y la sociedad cristiana".
La visita del Papa ha estado marcada desde su anuncio por la polémica. Los responsables de la manifestación de este sábado se movilizaron desde un principio y de hecho su primer objetivo era que Benedicto XVI fuese detenido y procesado una vez que el avión papal aterrizara en Reino Unido.
Posteriormente, estos mismos colectivos, encabezados por grupos laicistas radicales, ateos y homosexuales, llamaron a reventar la visita. Para ello, convocaron la manifestación y hasta instaron a cortar la entrada del Pontífice en la universidad en la que se reuniría con miles de estudiantes. Era tal la virulencia que anunciaban, que los opositores a la visita menos radicales les pidieron "moderación". Al final todo fue agua de borrajas y sus protestas han sido tapadas con el entusiasmo de miles católicos británicos.
El Papa, firme con los casos de abusos
Mientras tanto, el Papa se mantuvo firme en su condena de los abusos sexuales y con claridad dijo que "pienso en el inmenso sufrimiento causado por el abuso de menores, especialmente por los ministros de la Iglesia. Quiero manifestar mi profundo pesar a las víctimas inocentes de estos crímenes atroces, junto con mi esperanza de que el poder de la gracia de Cristo traerá la curación profunda y la paz a sus vidas", afirmó el Pontífice en una misa en la catedral de Westminter.
El Papa agregó que reconocía "la vergüenza y la humillación que todos hemos sufrido a causa de estos pecados". Tras la misa y en un ambiente de discreción, el Papa se reunió en la Nunciatura de Londres con cinco víctimas británicas de curas pederastas.