Miembros de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE), el cuerpo de élite de la Infantería de Marina, que actuaron tras el pago del rescate del Alakrana y persiguieron a los piratas han criticado los procedimientos y órdenes que recibieron durante la misión desde el Gobierno, según recoge El Confidencial Digital.
El periódico realiza una síntesis de las declaraciones y quejas que estos militares. Según cuenta, los militares afirmaron que "pudimos detenerlos, tuvimos entre tres y cuatro minutos de tiempo para bloquearles el paso antes de que se acercaran a la orilla. Era el momento propicio: nosotros habíamos reaccionado a tiempo y dábamos cobertura. En ese momento, hicimos la pregunta: ¿Qué hacemos? Y no recibimos la orden para intervenir. Hubo silencio". "También tuvimos blanco a distancia en varias ocasiones, pero nos habían dejado claro que no había que disparar bajo ningún concepto. No querían ni muertos ni heridos", continúa.
Estas afirmaciones contradicen la explicación de los hechos que el día después de la liberación del Alakrana dio el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), José Julio Rodríguez, en una rueda de prensa en la sede del ministerio. En la misma, el JEMAD aseguró que tras asegurarse que el Alakrana no iba a volver a ser secuestrado, uno de los helicópteros fue en busca del último esquife pirata y "abrió fuego por la proa de ese esquife, y luego hacia la zona del motor" para tratar de detenerlo. Es más, llegó a especificar que fue el jefe del Mando de Operaciones, el general Jaime Domínguez Buj, quien dio la orden de Disabling fire.
En la misma información, se señala que los infantes de marina afirmaron que "no tiene explicación que los piratas pudieran escapar, sin capturar a ninguno de ellos. Con el entrenamiento y los medios técnicos de los que disponemos, es técnicamente imposible que puedan huir en un esquife sin ser interceptados y apresados", una reflexión cuanto menos extraña, ya que el diario dice que son los participantes de la operación los que hacen esas reflexiones y, lógicamente, conocerían a la perfección las causas por las que los piratas lograron escapar.
Los infantes de marines cuyas declaraciones recoge El Confidencial Digital dijeron que "las órdenes y reglas de combate que recibimos en el Índico eran de disuadir e intimidar con nuestra presencia. No responder, salvo si éramos atacados con fuego". "No entendemos qué hacíamos allí. Parece que íbamos a regalar caramelos", sentencian.
Por último, afirmaron que "estamos quemados. No sólo hemos quedado en entredicho ante los piratas y para futuros ataques a otros barcos, sino también ante otros países. La Armada española se ha convertido ahora en el hazmerreir de otros ejércitos. Incluso algunos han puesto en duda nuestro valor", concluyen.