L D (Mercedes R. Martín) El terremoto en el centro de Italia, de 5,8 grados en la escala Richter, ha provocado hasta el momento más de 150 muertos y ha causado una enorme destrucción en la zona. La cercanía de la tragedia ha despertado preocupación en nuestro país. Los expertos advierten de que es posible que en España se registren seísmos muy similares.
Este lunes, el investigador titular del área de investigación en peligrosidad y riesgos geológicos del IGME, Miguel Ángel Rodríguez Pascua, advirtió de que en España existe una peligrosidad sísmica elevada especialmente en las cordilleras bética y pirenaica. El director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, ha confirmado, en declaraciones a LD, que ese riesgo es real.
Según Carreño, en España pueden producirse terremotos que alcancen una magnitud de 6 o 6,5 en función del movimiento de las fallas que pasan por la Península. Además, nuestro país “está expuesto a terremotos mayores” si se producen en el Golfo de Cádiz, donde se originó el terremoto de Lisboa, de 8,6 grados, que destruyó la ciudad en 1755 y se dejó sentir en la costa española.
El director de la Red Sísmica Nacional afirma, sin embargo, que las probabilidades de que un terremoto de dimensiones considerables sacuda nuestro país “son menores que en Italia” porque nuestro entorno tectónico “tiene menos actividad”. “Tenemos menos terremotos” pero podrían ser “muy parecidos”, explica.
Mapa de la sismicidad en España: los puntos rojos indican seísmos registrados en nuestro país de magnitud superior a 5. Fuente: Red Sísmica Nacional
La “gran incógnita”, advierte Carreño, es cuáles serían los efectos en nuestro país de un terremoto similar al italiano o aún mayor. En Italia, numerosos edificios se han venido abajo y 179 personas, hasta el momento, han perdido la vida. La duda es saber si nuestros edificios están preparados para soportar movimientos sísmicos similares.
Según Carreño, “existen serias dudas” de cómo aguantarían los edificios españoles. En nuestro país existen “edificaciones muy antiguas”, que no se han construido “con normativa sismorresistente”, por lo que las consecuencias “podrían ser graves”.
La normativa española
Según han explicado a LD fuentes del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, la primera norma específica relativa a prevención de efectos de terremotos data de 1968, aunque en 1963 la normativa sobre acciones en la edificación ya incluía algunas medidas relativas a seísmos.
En los años siguientes, las normas de construcción sismorresistente en nuestro país han ido evolucionando. La normativa fue modificada en 1974 y en 1994 hasta llegar a la norma de construcción sismorresistente de 2002, la última en vigor. Según se deduce de estos datos, aún muchos edificios en nuestro país habrían sido construidos sin seguir normas relativas a la prevención de las consecuencias de movimientos sísmicos.
Además, según las mismas fuentes, las normativas sismorresistentes recogen diferencias por zonas, según el riesgo sísmico. De acuerdo a los mapas sismológicos de la Península, en unos puntos y otros se exigirían distintos requisitos para la construcción.
Terremotos en España
Varios han sido los terremotos significativos que han tenido consecuencias más o menos graves en nuestro país. Según informa la Red Sísmica Nacional, el más grave hasta la fecha fue el registrado en 1755 en el Cabo San Vicente, que destruyó Lisboa y produjo un tsunami de 15 metros de altura que afectó a la costa andaluza.
El primero del que se tiene noticia data del año 1048 y destruyó una mezquita en Orihuela. El último de grandes dimensiones tuvo lugar en 1969 y también se registró en el cabo de San Vicente. Su magnitud, de 7,3 grados, tuvo consecuencias en Huelva, donde 18 viviendas resultaron destruidas. También fueron significativos el de Arenas del Rey, en Granada, en 1884, donde 4.400 edificios fueron destruidos, o el de Torrevieja, en 1829, que obligó a la reconstrucción de la ciudad. Ambos no superaron los 6,6 grados en la escala Richter.