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SÍ PERMITIÓ LA CONFERENCIA DE UN BATASUNO

Un sacerdote se niega a utilizar el castellano en una boda y no permite cantar a un coro rociero

Una pareja de Mallorca se llevó una gran decepción cuando el sacerdote que tenía que oficiar su boda se negó a realizarla en castellano alegando que para eso "vivían en Mallorca". Incluso no permitió la presencia de un coro rociero porque "no era propio de la cultura mallorquina".

Traducen al catalán hasta los apellidos
Una pareja de Mallorca se llevó una gran decepción cuando el sacerdote que tenía que oficiar su boda se negó a realizarla en castellano alegando que para eso "vivían en Mallorca". Incluso no permitió la presencia de un coro rociero porque "no era propio de la cultura mallorquina".

(Libertad Digital) La pareja es mallorquina pero de origen andaluz. Y por todo ello, querían que en el día más importante de sus vidas sus raíces estuviesen presentes en su enlace. "Nos sentimos orgullosos de ser mallorquines, pero queríamos que nuestros orígenes estuviesen presentes ese día", relataron David y Mónica. Sin embargo, esto fue negado por el oficiante de la ceremonia, el prior del Monasterio La Real y simpatizante del nacionalismo. De hecho, en su iglesia se ha permitido las conferencias de nacionalistas catalanes, vascos y gallegos e incluso de un miembro de Batasuna-ETA.

Los primeros problemas de la pareja aparecieron ya durante los cursillos prematrimoniales cuando el prior, Miquel Mascaró, miembro de los Sagrados Corazones, no quería impartir las charlas en castellano. Después de explicar que la chica no hablaba bien el mallorquín. Tal y como explica David en El Mundo,"le pedí varias veces que hablara en castellano. Se negaba o, a veces, hablaba durante cinco minutos y luego regresaba al mallorquín. Cuando le explicaba que ella no se manejaba bien, me respondía que debía hablarlo, porque para eso vivía en Mallorca".

Otra de las sorpresas de la pareja se produjo cuando ya una vez avanzados los cursillos este prior dijo que sólo estaba dispuesto a oficiar la ceremonia en mallorquín. Además, una de las peticiones de la novia, además de ser uno de sus sueños, era que en la boda cantase un coro rociero, pero este mismo sacerdote nacionalista dijo que "el gasto era elevado e injustificable, aunque lo pagásemos nosotros". Además, Mascaró sentenció que "cantar en presencia de la Virgen era una ofensa" y que el coro "era propio de la cultura andaluza, no de la mallorquina, y no eran asimilables. Ni mejor ni peor, pero sí distintas".

Finalmente, el sacerdote concedió a la pareja que la ceremonia fuese la mitad en castellano y la mitad en mallorquín por lo que la pareja decidió finalmente cambiar de iglesia. Y como aseguran en El Mundo, "nos surgieron las Carmelitas en el centro de la ciudad. El sacerdote nos la puso a nuestra disposición". "Todos se emocionaron con la salve. Recuerdo que incluso gente que caminaba por la calle entraba y se sentaba a escuchar", sentenciaron y además Mónica indicó que "yo sólo quería entender mi boda".


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