El nuevo obispo de San Sebastián ya ejerce las dotes de mando en su nueva diócesis y en una entrevista en El Mundo explica cuáles serán algunas de sus prioridades. A pesar de los ataques que ha sufrido desde que se anunció su nombramiento, monseñor Munilla aboga por "hacer un gran esfuerzo para sanar heridas y vencer desconfianzas".
En este sentido, el que fuera obispo de Palencia y párroco en Zumárraga durante más de 20 años ha alabado a las víctimas del terrorismo y ha anunciado que tendrá una especial implicación con ellas. "Mi vivencia sacerdotal en Zumárraga me asomó a este mundo, con motivo del asesinato del concejal del PP Manuel Indiano. Mantengo desde entonces con varios de ellos relaciones personales".
Por ello, Munilla considera que "quisiera estar lo más cerca que pueda de ellos. Un obispo es pastor de todos y de manera especial de aquellos que han sido tan injustamente tratados".
Preguntado de si hablaría con ETA para tratar de promover su final, el prelado vasco aseguró que la principal contribución de la Iglesia debe darse "en la educación de los valores cristianos. A esto se añade la llamada a la conversación, al perdón, a la caridad como cimiento de la propia justicia".
Ante las acusaciones que dicen que pertenece a la extrema derecha, Munilla se muestra contundente: "no es misión del sacerdote entrar en el terreno de la política y mucho menos hacer política. Eso le dificultaría ejercer su ministerio con todos sus fieles".
Sobre la desbandada de la curia tras su llegada, el obispo guipuzcoano indica que "estaba consensuado que los vicarios se tomaran un año sabático para realizar estudios eclesiásticos. No tengo ideas previas sobre las pasos a dar sobre mi equipo, que será guipuzcoano, contra lo que se está diciendo".