Lo hace mediante una carta al director enviada a ABC, en la que Enrique Fernández de Córdoba cuenta la historia de un escudo, el de su familia, que fue después adoptado por varios municipios y que ahora va a ser modificado para eliminar una cadena que lleva al cuello el rey Boabdil y que según los impulsores de la iniciativa es un "elemento xenófobo y racista".
Según indica el lector, Boabdil fue prisionero de guerra de los Fernández de Córdoba tras ser vencido en la batalla de Lucena. Cuenta que se le trató con respeto y que expresión de ello es que el propio rey Boabdil quedara reflejado en la heráldica familiar y que junto a él figuren, además de la cadena, "que explica que estaba preso", la corona y el cetro.
Cuenta el lector que Boabdil fue llevado preso al castillo de Cabra y que allí se le prepararon "los mejores salones". Y en parte por el buen trato recibido por el rey árabe, Boabdil y Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán y hermano de uno de los que le apresaron, se hicieron amigos.El firmante de la carta explica al final una nueva prueba de que no existe esa "xenofobia" que ahora se quiere ver en el escudo: uno de los descendientes de Boabdil "emparentó por matrimonio con los descendientes del conde de Cabra", uno de los que apresron al rey. "Así que de esclavitud, nada, y de racismo, tampoco", concluye el lector.