La Fundación Mercasevilla, que es el agujero negro de la situación de Mercasevilla, en crisis y posiblemente abocada al cierre, ha sido ya disuelta y la empresa ha tenido que asumir una deuda de 1,2 millones de euros que arrastraba, agujero detectado por la auditoria de Deloitte. En ese agujero estaba la consecuencia de operar con dinero negro.
ABC señala que Mir conocía la situación y la tapó y la propia auditoría reflejaba la operación con dinero negro: " Mercasevilla debe registrar como gasto el importe abonado a nueve trabajadores de la sociedad, jubilados en el ejercicio 2008, por un importe líquido total de 256.624 euros, que no había sido contabilizado como gasto, junto con el coste fiscal asociado que ha ascendido a 24.648 euros". En total, 281.000 euros.
El propio Mir ha reconocido que supo del asunto nada más hacerse cargo de su responsabilidad en Mercasevilla y que uno de sus primeros actos como nuevo responsable fue "firmar un pago a Hacienda, en concepto de IRPF sobre estas indemnizaciones a los prejubilados que eran de algo más de 280.00 euros"
Mir ha dicho que todo esto no es otra cosa que un engaño más de la anterior gerencia pero se lo ha callado hasta que se ha descubierto. De hecho, ha señalado a los gerentes anteriores de ser los responsables de no haber contabilizado el dinero de las indemnizaciones con el fin de que las cuentas dieran beneficios y no pérdidas.
El concejal negó primero que hubiera realizado pago alguno pero pronto se acordó del caso de las indemnizaciones. Termina ABC señalando que fuentes de Mercasevilla han explicado que, "además de desmaquillar el estado de las cuentas de Mercasevilla añadiendo esos 256.624 euros de las indemnizaciones a su deuda, Mir ordenó pagar su correspondiente IRPF para legalizar estos abonos sin negociar siquiera con los beneficiados para que fueran ellos quienes se hicieran cargo de este impuesto que están obligados a soportar."
Esto es, las cargas fiscales derivadas de ese "blanqueo" fueron afrontadas por la empresa y no por los indemnizados. Según desvelan las citadas fuentes, la empresa llegó a un acuerdo con estos trabajadores para que se acogieran al Expediente de Regulación de Empleo de 2007.
Ahora se entiende todo. En la negociación de las prejubilaciones Mercasevilla acordó con los afectados unos "premios extraordinarios". Pero esos "premios" no fueron contabilizados oficialmente por Mercasevilla. O sea, que se había producido un agujero en las cuentas porque no había el dinero que tenía que haber. Cuando Mir vio lo que había, decidió echar tierra encima del escándalo tratando de "blanquear" esos pagos, para lo que tuvo que ingresar en Hacienda su correspondiente IRPF. Pero con los prejubilados ya estaba firmado el acuerdo, por lo cual Mercasevilla tuvo que asumir la carga, algo que ha reconocido el concejal socialista.
No cabe duda, pues, que el Ayuntamiento lo sabía y se calló. Esto quiere decir que conocía pues las irregularidades y tropelías del gerente Fernando Mellet antes de que saltara a la luz el escándalo de las comisiones ilegales exigidas a los empresarios de La Raza y las irregularidades de la cesión de suelo a Sando. De nuevo tienen la Fiscalía y Hacienda motivos sobrados para intervenir en el caso Mercasevilla.