Según e-noticies, la bronca comenzó el pasado 25 de marzo, cuando Pilar Rahola dijo en La Vanguardia que "las barbaridades que Regás ha llegado a decir contra Israel podrían llenar un libro entero de intolerancia. Pero contra Israel sale gratis decir barbaridades". "Por eso continúa siendo una linda progre que decora cualquier lista electoral necesitada. ¿Porque es solidaria? No, porque odiar a Israel es un plus en el currículum del progresismo más reaccionario", decía.
Rosa Regás envió una carta al director en la que acusaba a Rahola de "andar toda la vida de un partido a otro, de una ideología a otra, negando siempre la anterior, negando siempre la evidencia y vociferando insultos contra quienes piensan de otro modo, que por graciosos, falsos y eficaces que sean, a la larga van en detrimento de quien los inventa y los expone".
La contraréplica no se ha hecho esperar. Este martes, Rahola contesta en La Vanguardia "casi con temor" y le pide "excusas por las consecuencias de mis malévolos actos". "La verdad es que nunca había pensado dedicar tanto tiempo a este icono de la progresía pija, y no porque desprecie el olor rancio de la gauche divine de Bocaccio, sino porque ese mundo me parece de un kitsch tremendo", dice Rahola.
Y pese a las excusas continúa. "Rosa Regás es un buen ejemplo de esa izquierda obsoleta tan obsesionada con Israel que acaba defendiendo posiciones reaccionarias". Y dice que la escritora "apela al sacrosanto concepto de la 'objetividad' y no se muere de la risa". Señala la columnista que "ese es el problema de la izquierda reaccionaria: que en nombre de la libertad, no se indigesta con algunas de las ideas más brutales que existen en el planeta".
Rahola contesta a las críticas de Rosa Regás sobre sus cambios de partido. "Yo sólo he estado en un partido en mi vida y quedé vacunada para siempre. Pero esa idea que desliza de la bongad de los que nunca se han movido de partido me provoca algo de yuyu. Si los primeros son unos saltimbanquis, los segundos son intelectuales de carnet en la boca, tan inamovibles al desaliento que confunden las ideas con la fe religiosa. De seguidores pasan a ser palmeros".