En un acto al más puro estilo bolchevique, el Comité de Huelga, formado sólo por liberados, ha propuesto servicios mínimos para jueves y viernes y trabajar el sábado por el Orgullo Gay. "Si nos tocan los cojones somos capaces de cualquier cosa", dijeron. Y amenazaron a la Comunidad si hay despidos.
Los liberados sin riesgo de despidos del Comité de Huelga del Metro han decidido la estrategia que seguirán los trabajadores a partir de ahora. Ante las críticas recibidas por la huelga salvaje sin servicios mínimos, quieren cambiar de táctica y no realizar huelga sábado y domingo por su escasa incidencia. De hecho admitieron que el sábado no hacían huelga para respetar el día del Orgullo Gay. Es decir, que parece que para este comité de huelga es más importante ir de fiesta que respetar el derecho a ir a trabajar. De hecho, ante las protestas que esta desfachatez desencadenó, el democrático portavoz del Comité de Huelga Vicente Rodríguez Illana dijo: "La decisión está tomada".
El lunes volverán a reunirse para continuar "su lucha". Mientras, "vamos a darnos un respiro y también al pueblo de Madrid", dijeron. Y amenazaron. "Ni un expediente, ni un despido, ni un euro de descuento".
"Huelga total", "soldados de hierro"
El acto sindical, plagado de violencia verbal y consignas trasnochadas, no tuvo desperdicio. "Unidos todos, como una piña", "actuaremos como soldados, como soldados de hierro", bramaba uno. "Hay que hacer la huelga como la estamos haciendo, huelga total. Hemos demostrado nuestra fuerza". "La huelga indefinida sigue convocada, si hay un solo expediente, un solo despido, volvemos a la huelga total". "El camino acaba de empezar", dijeron, pero quieren ganarse a la opinión pública. "Esto no es un paso atrás, sino para coger impulso".
Alguien se acercó al escenario a protestar por el asunto de los expedientes. "No hay ningún expediente de momento", aseguró el sindicalista. "Todo es decisión nuestra", gritaron envalentonados por haber paralizado ayer Madrid. "Hemos demostrado nuestra fuerza y volveremos a demostrarla. Nosotros regulamos la huelga y decidimos hasta dónde". Y se atrevió a decir que los trabajadores de Madrid "nos están comprendiendo".
La huelga "es un arma y la manejamos como queremos". "No somos rehenes de nadie porque nosotros somos el pueblo de Madrid". "No somos funcionarios, pobres que ya les machacan por otro lado". "Unidad, unidad", pedían ante las voces discordantes que no querían la tregua hasta el lunes.
"Ellos nos piden un gesto y vamos a hacerlo porque nosotros somos el pueblo de Madrid", repitieron hasta la saciedad a ver si alguien se lo creía. Hay "que dar un respiro" porque somos "personas decentes, los políticos –no se mencionó a Zapatero en ningún momento- son los indecentes" ("La marrana es la indecente", se oyó una voz detrás). "El paro será total a partir del lunes, que aprendan, estos políticos que con los trabajadores no se juega".
"Tenemos capacidad no para tener secuestrado al pueblo de Madrid sino para defender nuestro convenio colectivo. Nos hemos ganado la credibilidad. A partir de ahora, seremos escuchados los trabajadores del Metro. Ahora lo que tenemos que hacer es racionalizar esta herramienta. Hemos cambiado de etapa. La presidenta de la Comunidad sabe que si nos tocan los cojones somos capaces de cualquier cosa".
"Si alguien cree que por este gesto los trabajadores del Metro no van a volver a reventar la ciudad lo llevan claro", decía otro saboteador profesional, que dijo que van a hacer ese "gesto" por la gente que "está sufriendo". Y no sabemos qué barbaridad iba a añadir, porque dijo seguidamente. "Esta si que me la ahorro que me llevan". "Este", continuó llevándose la mano al corazón "tiene que descansar y si tenemos que reventar vamos a reventar todos juntos".
"A ningún trabajador de Metro se le va a tocar un euro. Habéis sido un ejemplo para Madrid y para todos sus ciudadanos. El lunes vamos a muerte. Si tenemos que entrar a matar, entraremos a matar".
Admitieron que la decisión de los servicios mínimos jueves y viernes no era por dar "un respiro" a la ciudad, sino que quiere replantearse la estrategia para "rearmarnos" y "tocar a otras empresas de la comunidad" buscando el apoyo y la comprensión que no tienen. "Si clavamos la rodilla está en juego la negociación colectiva". E insistieron. "Este gesto se acaba en el momento que haya un solo trabajador que presente un solo expediente disciplinario o despido". "El Comité de Huelga nos respalda. Ellos son nuestra arma".