(LD- R. Colomer) La crónica del corresponsal del prestigioso diario británico en Madrid, Thomas Catan, titulada: "El popular Rey que aplastó un golpe de estado cae del favor de sus súbditos", arranca señalando que después de haber sido "idealizado durante 30 años"; haber disfrutado de "navegar en embarcaciones de lujo" y recibir un tratamiento que "ni la reina Elizabeth II podría haber imaginado"; empiezan a aparecer síntomas de que el Rey Juan Carlos I de España está en "peligro" de perder el favor de "sus súbditos".
Recoge el recién nombramiento de un interventor para auditar las cuentas de la Casa Real y lo atribuye a presiones de los críticos de la monarquía. Aún así, señala que el presupuesto real sigue "ocultándose" a la opinión pública bajo mandato "de ley".
Thomas Catan realiza entonces un repaso de los últimos episodios protagonizados por la Familia Real y las críticas de determinados representantes políticos. Recuerda la polémica del Oso Mitrofan en Rusia : "El Rey, un cazador ávido, ha sido acusado por ecologistas de haber disparado a especies protegidas en el pasado". Y aborda el escándalo de la "cruda" viñeta que ilustraba la portada de El Jueves y el secuestro de la publicación por parte del juez del Olmo.
"Insultar a un miembro de la familia real o 'dañar el prestigio de la Corona' es un crimen en España que está penalizado con dos años de cÁrcel", escribe el corresponsal, quien informa de que el caso se llevará a los tribunales este año lo que supondrá otra "ronda de publicidad negativa para la Familia Real".
En la crónica se asegura que la actuación del Rey Juan Carlos I en el golpe de Estado de 1981 le hizo ganar "la admiración de toda la generación de editores de periódicos en España" y "le garantizó una cobertura incondicionalmente positiva".
"Las encuestas -continúa diciendo el texto- demuestran que a muchos españoles les gusta y respetan al Rey, quien, a pesar de su lujoso estilo de vida y su reputación de playboy, se ha esforzado por cultivar una imagen de abuelo y un ordinario hombre de familia".
En cualquier caso, el periodista se sirve de la opinión de expertos que advierten que la "afección" (a la figura real) no tiene por qué extenderse a la institución en sí misma. Como ejemplo añade que muchos españoles se definen como "juancarlistas y no como monárquicos". En este sentido, incluye las declaraciones de Alejandro Quiroga, profesor de Historia de España en la Universidad de Newcastle, quien señala que "hasta ahora" el fuerte republicanismo de la sociedad española no era considerado un asunto político. "Ahora, está convirtiéndose en uno (asunto político), más y más".
Y concluye que "la gran preocupación" del Rey Juan Carlos es que "su sucesor no disfruta de su nivel de respaldo público". Dice Catan que "muchos madrileños se quejaron de los gastos y las inconveniencias que rodearon el enlace del Príncipe Felipe y Leticia Ortiz, una divorciada ex periodista televisiva. Otros han cuestionado su capacidad para dirigir".
The Times analiza la cuestión de la sucesión en una jornada especialmente emotiva y delicada para la Corona británica por el décimo aniversario de la muerte de la Princesa Diana de Gales. Como si se quisiera poner de manifiesto las dificultades por las que atraviesa la Institución en los tiempos modernos.
Sea cual sea su intención, el periodista remata su crónica con unas declaraciones del profesor Quiroga en las que asegura que la Casa Real española ha "trabajado duro" para "vender" al Príncipe Felipe a la opinión pública, pero "el asunto de El Jueves" lo ha tirado todo por tierra. "Es la última cosa que la Casa Real quería".