Pues señora Sinde, le ofrezco una posible explicación:
La principal, es, como en la mayoría de las empresas privadas, la aversión al riesgo. ¿Ha visto la recaudación cosechada por los últimos fiasc..., digo, estrenos del cine patrio?. El diario de Carlota o Una hora mas en Canarias... Sencillamente desastrosos.
El único cine español que triunfa, es aquel que clona con mas o menos acierto, al cine que producen los useños.
Eso por no hablar de la banda de presuntos actores, directores y guionistas, pseudo intelectuales militantes de la subvención y de las causas antiespañolas, que pueblan la mal llamada industria nacional.
De vergüenza ajena.
Señora, si Ud. fuese tonta, no lo haría mejor !!!
Ay que ver, ¿eh?
Con lo buenas y rentables que son las pelis españolas.
Recordando el grito a coro del público de aquel programa norteamericano de TV, que se emitía en los 80, ..... "ESTO ES INCREIBLE!!"
No sé que no comprende, si es muy sencillo de comprender. Es tan malo como poco atractivo a la vista del consumidor, la diarrea mental que plasman estos doctos intelectuales en sus obras maestras no se las traga ni la madre que lo pario.
Señora Ministra. Ya sabemos los españoles que a fuerza de destinar las neuronas a empaparse de simple ideología, las neuronas pensantes ministeriales (todas) son cada vez menores en número. Tanto que a Usted misma se le hace incomprensible que alquien no quiera invertir sus dineros y sus beneficios en pagar la torta que cuesta mantener a un ejército de palmeros o el coste de cambiar la historia a base de cultura heterófaba almodovariana (o zeroliana, según gustos) guerracivilista distorsionada, embustera, rastrera y cobarde.
Me parece muy bien que las empresas privadas se nieguen a que sean sus negocios los que sufraguen las ocurrencias del primer tontiprogre que tras fumarse un peta de brotes verdes se inventa un argumento intragable pero muy paletoprogre que se lleva al celuliode pero no a la pantalla.
Vamos, por lo menos no lo harán hasta que Ustedes, señores Sucios-Listos regulen por Decreto una cartilla tipo pasaporte en el que todo ciudadano tiene que sellar al menos una vez o dos al año en el Cine del barrio que se ha "tragado" un par de pelis de cine español. Entonces cuando sea obligatorio ir al cine (pagando la entrada), controlado y con multas en caso de incumplimiento del cupo mínimo individual o familiar, entonces y sólo entonces podrá exigir que se subvencione algo que deje algún dinero aunque sea a la fuerza y no lleve a la ruína a las empresas.
Conociendolos a ustedes, seguro que algún borrador hay por ahí de ello.
Cito nuevamente a Guille Milkiway en la entrega de los Goya: "El único camino verdadero para el artista es la autofinanciación y la independencia". A kick in your fuckin face, querida Ministra. Hubo un tiempo en que en España se rodaban películas magistrales, con Franco y sin subvenciones. Ahora rodar es en muchos casos una excusa para la subvención. Será que las dificultades estimulan la creatividad y la subvención el panfleto y el dame pan y dime tonto.
¿Es que ahora le gusta hacerse la tonta o es que no da para más esta sin-de-coro intelectual?
S-Indecente, es que nadie quiere invertir en tu mierda.
Las televisiones invierten en cine, no es asquerosos bodrios como los que tu escupes. Porque lo unico bueno que tenia tu engendro eran las tetas de la Armas.
El resto asquerosa basura.
Sinde, yo te lo explico. El cine español (salvo honrosas excepciones) es una basura infumable y más ahora que se rindió a los pies del ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ
Pues señora Sinde, le ofrezco una posible explicación:
La principal, es, como en la mayoría de las empresas privadas, la aversión al riesgo. ¿Ha visto la recaudación cosechada por los últimos fiasc..., digo, estrenos del cine patrio?. El diario de Carlota o Una hora mas en Canarias... Sencillamente desastrosos.
El único cine español que triunfa, es aquel que clona con mas o menos acierto, al cine que producen los useños.
Eso por no hablar de la banda de presuntos actores, directores y guionistas, pseudo intelectuales militantes de la subvención y de las causas antiespañolas, que pueblan la mal llamada industria nacional.
De vergüenza ajena.