El ministro de Industria programó una visita a la fábrica de Nissan en Ávila, a 100 kilómetros de Madrid, cuyos empleados han sufrido ya tres expedientes de regulación de empleo. La consigna era vender los esfuerzos del Gobierno para impulsar el plan de viabilidad de la planta automovilística, según desvela este lunes La Gaceta.
La visita se produjo por "sorpresa", al menos para los empleados del Centro de Formación de la Policía de Ávila, que a primera hora de la mañana se encontraron cerrado el aparcamiento del centro, por el aterrizaje de un Superpuma – helicóptero militar de grandes dimensiones.
En él, se encontraba el ministro de Industria, Miguel Sebastián, junto a varios miembros de su gabinete y algunos periodistas. El ministerio escogió que el desplazamiento se produjera en helicóptero, a pesar de su elevado coste: Más de 6.000 euros, para un trayecto que en coche no habría superado los 50 minutos, y un coste ridículo.
Además del viaje en sí, llama la atención que sí que se desplazaran a Ávila cuatro coches de gran cilindrada, para desplazar a Sebastián y acompañantes desde el Centro de Policía a la factoría de Nissan. Todo ello, a pesar de que la subdelegación del Gobierno en Ávila también cuenta con vehículos especializados para cubrir estos trayectos.
Cuando el ministro acabó su visita publicitaria, volvió a Madrid en helicóptero, mientras su séquito de altos cargos lo hacía en esos coches oficiales, del ministerio de Industria.