(Libertad Digital) El diario El Mundo relata cómo desde la administración catalana se está llevando hasta el extremo la política lingüística. El último afectado ha sido un mosso, cuyo único delito fue redactar en castellano unas diligencias policiales.
Según explica el diario, el agente fue obligado a traducir al catalán el documento, que había escrito en un primer momento en castellano. Sin embargo, no pasó al catalán la portada del escrito. Un motivo que ha resultado suficiente para que el director general de la Policía catalana haya decidido sancionarle por "una falta de carácter grave" al considerar que desobedeció a un superior.
En concreto, la sanción implica una suspensión de empleo y sueldo de tres meses, su traslado obligatorio a otro destino y la posible rebaja de su salario. Un portavoz de la Policía catalana declaró a El Mundo que con esta sanción se tiene en cuenta que, al parecer, no es la primera vez que el agente se niega a redactar sus escritos en catalán.
Según explica el diario, todo comenzó en 2007, cuando el mosso instruyó las diligencias relacionadas con la detención del director de una sucursal de Caja Madrid. Redactó el escrito en castellano, y en un primer momento, no tuvo ningún problema. Sin embargo, la adición de unas diligencias también en castellano llevó al jefe de la unidad a ordenarle que tradujera al catalán todo el texto.
El mosso pidió que dicha orden fuera por escrito, y así fue. Según cuenta El Mundo, le llegó el mandato de que "los documentos que redacte como funcionario del cuerpo (…) dirigidos a residentes en el ámbito lingüístico catalán los haga en lengua catalana, sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a recibirlos en castellano si lo piden".
El agente amonestado acabó acatando la orden pero olvidó la carátula y algunas diligencias. En la resolución contra el mosso, se le advierte que "no se puede olvidar que la obediencia, la disciplina y el sentido del deber son las cualidades que definen y distinguen a una institución armada".