El camarero, Jaume, indicó que el pasado 10 de octubre un "amigo del propietario" fue al restaurante y después de beber varias copas se dirigió hacia su persona de una forma "desagradable". Así, le llamó Jaime, sabiendo que su nombre era Jaume.
En ese momento, el camarero le explicó que su nombre era "Jaume y no Jaime". Según la versión del camarero, "entonces él me dijo que me llamaba Jaime porque le salía de los huevos". Después de este comentario, el camarero dijo sentirse "atacado" y se encaró con el cliente, que le estaba "ofendiendo". Según su declaración, le contestó que era un "catalán de mierda" y un "gilipollas".
Unos días después, el dueño del restaurante exigió al camarero que se excusara con el cliente o recibiría una sanción. Jaume no quiso pedir disculpas porque se sentía "ofendido" y el propietario del local suspendió al trabajador una semana de empleo y sueldo.
Jaume dice que "nunca debería haber caído en la provocación" del cliente. Sin embargo, no entiende que "la empresa no defienda al trabajador" y añadió que se siente "incomprendido".
Por su parte, la propietaria del restaurante, Carmen Artés, aseguró que la sanción interpuesta no se debe a un acto de "anticatalanismo", sino que es una consecuencia del mal comportamiento del camarero.